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"Cerrar las mezquitas es la solución más fácil pero el problema es más profundo"

El imán de la Gran Mezquita de Susa asegura que, desde la caída de Ben Alí, cada vez hay más mezquitas ilegales

Llegaba en una scooter que ha aparcado a la puerta de la Gran Mezquita de Susa. Rondará los 70, es bajito, de expresión afable y viste un pantalón negro y camisa gris que le va grande. Está desgastada y la camiseta interior de algodón blanco se le adivina por debajo. Cuando el conserje de la mezquita le ha llamado por teléfono para decirle que una periodista extranjera quería entrevistarle no ha dudado en venir. "Siempre quiere hablar con los extranjeros para explicarles bien el mensaje del Islam". Viene de la tienda que regenta en una de las laberínticas calles de la Medina. Y es que, al ser suní, Mustafa Hoshlaf, sólo es imán mientras guía la oración. "Es la principal mezquita de Susa, tiene casi 1200 años" dice, lleno de orgullo, mientras se descalza antes de hacerme cruzar el interior de la mezquita, al que a penas media hora antes me habían prohibido el paso por no ser musulmana.

Su oficina es un cubículo oscuro, lleno de libros antiguos apilados en estanterías. Un corán preside su mesa. Cuando le he dicho mi nacionalidad, ha contestado "ah, entonces sabes bien que el extremismo no es de Túnez, puede estar en todos lados". Parece que está deseando empezar a hablar. "El Islam no es la yihad que los radicales reivindican. De hecho, yihad empieza por el interior de cada uno. El Islam te da herramientas para ser responsable, tener fuerza de voluntad para crear una personalidad propia. Como hacer Ramadán, es una fuerza interior, que te educa y te da personalidad. Por ahí empieza la yihad. Los que matan son criminales. O terroristas. Y dicen que lo hacen en nombre del Islam cuando nuestra religión te dice que no debes hacer daño ni a un animal".

Después del atentado del viernes en el Hotel Imperial Marhaba el gobierno ha decretado, entre otras medidas de seguridad, el cierre de las mezquitas que no están registradas en el Ministerio de Asuntos Religiosos. Son alrededor de 80. El imán reconoce que existen. Reconoce que cada vez son más. Y asegura que han surgido del vacío de poder que ha provocado la caída de Ben Alí, en 2011. Cree que hay que controlarlas pero no está a favor del cierre porque, dice, el problema es mucho más profundo, es un problema de educación. Y la política quiere hacer de esto un problema religioso. "Los extremistas están aprovechando el espacio y colonizando las mezquitas. Antes teníamos un régimen policial severo. No teníamos libertad. Ahora la revolución ha traído ventajas e inconvenientes. Las ventajas: tenemos más libertades, tenemos democracia... El inconveniente es que hay gente que abusa de estas libertades. Sí hay mezquitas que no están controladas y es un problema del Estado. Pero cerrarlas es la solución más fácil. El problema es más profundo. La solución no está en la fuerza. Porque si cierras aquí, los problemas te pueden venir de allá...". "Entonces, ¿hay que reducir libertades?", pregunto. "No. Hay que saber gestionarlas".

En medio de las investigaciones sobre Seif Rezgui, el autor de la masacre, el Estado Islámico ha reivindicado el atentado. El grupo terrorista ya advirtió de "acciones" durante el mes sagrado del Ramadán. Al final lo han cumplido a través de un joven tunecino, estudiante de ingeniería, amante del Real Madrid y del rap, en los días en los que se cumple un año de la proclamación del califato que reivindican. "Bon anniversaire" dice con sorna en un francés casi perfecto. "Es increíble. Ese califato es una idea fabricada por esos sujetos. ¿Qué califa va a gobernar aquí? si lo quieres poner en tu casa, ponlo, de acuerdo, no hay ningún problema. Pero ¿qué vas a hacer, vas a eliminar las fronteras? Antes (y tira de la Historia del mundo árabe) sí porque no había división. Esto son ideas mal entendidas. Los extremistas hacen una interpretación venenosa del Corán y se aprovechan de gente débil, porque los eligen, para cumplir sus objetivos. El Islam no tiene nada que ver con eso. Islam es amor, es hacer el bien por los demás. Se tiene una relación preconcebida entre terrorismo e Islam y es tan falso como creer que todos hombres barbudos son terroristas. Es un error muy dañino para la gran mayoría de musulmanes que hacen el bien".

Al salir de la mezquita un hombre se acerca y me pide, por favor, que no cuente sólo cosas malas de Túnez. "Aquí queremos a los turistas, los tratamos como a nuestros invitados. Esto que ha pasado no forma parte de Túnez". Es el cuarto tunecino que me pide que lo diga. Todos tenían barba.

 
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