Bruselas da por hecho la victoria del 'Sí' y espera la dimisión de Tsipras

Bruselas

La UE de las instituciones espera que un ‘Sí’ en Grecia ponga el punto final al proyecto Syriza y que, con él, terminen las opciones de otras alternativas como las que en España representa Podemos. En Bruselas el ‘No’ ni se contempla, dando por hecho que el ciudadano griego ha entendido el mensaje de la Europa "posible", especialmente una vez instaurado el control de las cuentas bancarias.

Es con el "corralito" ya instalado que Tsipras envió hasta Bruselas sus dos últimas cartas. Lo hizo a petición del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. La primera, este pasado lunes, antes de la penúltima reunión del Eurogrupo por vídeoconferencia. La segunda, el mismo día 30, corrigiendo el propio contenido del Referéndum y afirmando que aceptaba el programa de reformas.

En una guerra auténtica, las dos cartas serían mucho más que levantar una bandera blanca, pero el problema es la deuda y liderados por Merkel, los gobiernos de la Unión Europa han decidido ignorar las misivas. Despreciando, con esta negativa, los esfuerzos de quienes en Bruselas, desde la Comisión y el Europarlamento esperaban un gesto.

El rechazo total como respuesta tiene muy pocos precedentes. La Unión es un modelo de integración constante, basado en el respeto al pluralismo. En el que la potencia del más grande se suele amortiguar con concesiones que permitan adaptarse al pequeño. Y esto en todas las discusiones. Pero la Canciller ha decidido cerrar con un portazo estas negociaciones dando razones para que Juncker diga que "a estas alturas, incluso el ‘Sí’ será difícil de gestionar aunque el ‘No’ convertirá la situación en dramática".

Los "agravios" a las Instituciones llenan varios cajones. Desde la protección policial para los funcionarios que viajaban a Atenas como negociadores de la Unión Europea, hasta este Referéndum, precedido por meses de "lecciones" privadas dadas por Varufakis a los otros ministros de asuntos económicos, dentro del Eurogrupo.

La retirada del referéndum era la condición que se exigía al gobierno de Grecia para intentar un acuerdo de "última hora". Aunque "si Tsipras dice que defenderá el ‘Sí’ todo podría ser más fácil", nos dijo el presidente del Europarlamento. Pero la retirada era muy complicada sin compromisos claros sobre la deuda y el ‘Sí’ de Tsipras al borrador que le presentó Juncker esta misma semana llegó "fuera de plazo" según Dombrovskis, su vicepresidente de Asuntos Económicos, que ha sido el encargado de cerrar este círculo contra Alexis Tsipras.

Su dimisión es el final perfecto para el guion de estos meses de crisis. "Nosotros no pactaremos nunca con comunistas", explican en privado y en alemán, los dirigentes del Partido Popular Europeo. Su presidente dentro del Parlamento, Manfred Weber, niega "querer dar lecciones a nadie" pero asegura que el "corralito" demuestra lo que espera a quienes quieran seguir "la vía griega".

O sea que en las Instituciones de la Unión Europea esperan: primero, que los ciudadanos griegos voten siguiendo sus consejos, es decir, recordando que como dijo Juncker "un ‘No’ es un rechazo a Europa"; segundo, que el ‘Sí’ tenga una victoria clara; tercero, la dimisión de Tsipras; cuarto, un gobierno de "concertación nacional" que evite convocar elecciones argumentando que es urgente reabrir negociaciones.