Internacional
REFERÉNDUM EN GRECIA

Votar 'Oxi' es decir "¡No pasarán!"

El referéndum griego visto desde una zona vinculada a los astilleros y de clase trabajadora

Atenas

Un ateniense intenta ayudarnos a encontrar un colegio electoral en Péramo, una de las zonas más golpeadas por la crisis. Después de intercambiar gestos y señales en un inglés más rico en voluntad que en vocabulario paramos en un kiosko. Él también necesita ayuda para orientarse en un barrio que no es el suyo. Le explica a un joven que queremos ir a un colegio electoral, que tenemos interés en ver cómo se desarrolla la jornada en una zona vinculada a los astilleros y de clase trabajadora. Terminadas las indicaciones, con una pronunciación perfecta, el joven que soporta 31 grados al sol nos grita: “¡No pasarán! ¡No pasarán!”

Nuestro guía improvisado no entiende la expresión y le explicamos el simbolismo de la frase en España. Lo entiende a la primera. Tras haber sido discreto, asiente con la cabeza y se suelta: “En Europa sólo se puede decir que Angela Merkel es fantástica. Schauble, lo mismo. Todo el dinero de los griegos, portugueses y españoles se va a Alemania”. No dice más. Nos deja en la puerta y se despide sonriente.

Votar Oxi (No) es decir “No pasarán”. Es un No instintivo, pero fruto de una reflexión intensa: muchos reconocen que no saben cuál es el plan B y saben que pueden llegar momentos difíciles pero dicen “basta”. Katerina se sorprende de que, a pesar de la campaña del miedo a favor del sí por parte de los medios de comunicación, el No tenga opciones de ganar. Eso ya es un triunfo para ella, a pocas horas de comenzar el recuento. Admira a quienes harán como ella y, a pesar de todo, dirán que “ya no pueden más”.

Al igual que entre los partidarios del Sí, también hay brocha gorda. Mientras los defensores del Sí argumentan que ellos sí se sienten europeos, los activistas del No utilizan metáforas alusivas a los tiempos oscuros de Europa. Una mujer armenia que trabaja de limpiadora y está casada con un griego cree que Alemania es “peligrosa porque está llena de complejos”. Su discurso sorprende porque equipara a los representantes democráticamente elegidos con otros “acomplejados de la historia como Stalin o Hitler”. Dice que los griegos se sienten castigados por ser “la oveja negra de Europa” y eso –concluye– es una forma de “segregación hacia el que piensa diferente”.

En el colegio electoral, entre comunistas que piden “luchar hasta el final” y hombres que reparten propaganda por el No aparece Teodoros. Está jubilado y al saber nuestra procedencia nos enumera los puertos españoles: él era capitán de barco. Su voto es un Sí rotundo: “Syriza es muy muy malo para Grecia. En cinco meses, han echado por tierra todo el trabajo de Samarás. Es una pena y por eso apoyo el sí y a Nueva Democracia”.

Salimos y sigue llegando gente a votar, mientras unas diez personas hacen cola en el cajero más cercano. Esperan con calma y paciencia. A la vuelta, conocemos a un taxista: excámara en una de esas televisiones que dedica especiales por el Sí, sin apenas mencionar a los partidarios del No. Está escandalizado por lo que algunos llaman abiertamente “terrorismo mediático”.

Antes de volver al trabajo, nos pregunta, cómo no, por Podemos. Pero su duda no es política: “¿Pablo Iglesias, es el hijo de Julio Iglesias?”

Marisol Rojas

Marisol Rojas

Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....

 
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