Usted también es Juan Luis Guerra
El dominicano comenzó anoche en Madrid una serie de conciertos por España con un Palacio de los Deportes entregado al merengue y a la bachata
Madrid
Ayer casi todo el mundo llevaba algo de Juan Luis Guerra con él. Los de la devoción absoluta por el cantante, los que añoran otras tierras con sus canciones, o los hijos de sus mejores discos, que fueron a ver los dos metros y la barba del mítico domingueño acordándose de que 'La Bilirrubina' sonaba mucho en su coche.
La gira 'Todo tiene su hora' se permitió la ironía de arrancar media hora tarde. Las luces se apagaron y 4:40, la mítica banda que acompaña al cantante, empezó a tocar 'Cookies and cream'. Éxitos clásicos se fueron enlazando con temas sus últimos temas. No hizo falta suplicar demasiado para que lloviese café en el campo: lo hizo en la tercera canción.
Después de 'La llave de mi corazón' y todavía en la primera mitad del concierto, el cantante tuvo tiempo para saludar a todos los países representados entre el público, de alabar el amor a largo plazo y de dejar su primer sello cristiano homenajeando a Jesús con 'Rey de reyes'.
El descanso del cantante dejó hueco para que 4:40 demostrase que son una banda con nivel para hacer disfrutar al público en solitario. Percusiones de muchísima calidad para volver a recibir con aplausos al dominicano. A su regreso, no faltó 'Visa para un sueño', 'La guagua' y, por fin, 'La Bilirrubina' que marcó la primera despedida en falso.
Los bises, un repaso enlazado a las mejores bachatas del cantante que terminaron con un guiño religioso final: 'Las Avispas'. El concierto terminó con un público entregado, moviendo los brazos al ritmo que el cantante y su banda marcaban, y con la agradable sensación de haber podido disfrutar de esos ritmos latinos que, como el buen vino, parece que mejoran con los años. El cantante agradeció el cariño de Madrid y puso punto final a la música, metafóricamente, porque Juan Luis Guerra no se acaba, ayer lo comprobamos.