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MERCADO DE TRASPASOS

Los hijos pródigos que sin querer te hacen rico

Filipe Luis, Iago Aspas o Illarramendi han supuesto negocios realmente deficitarios para algunos y jugadas magistrales para sus clubes de origen

Iago Aspas, Filipe Luis e Illarramendi

Que el fútbol no es una ciencia exacta lo sabe casi todo el mundo, lo que funciona en un estadio no siempre funciona 500 kilómetros más al sur. Los jugadores no son máquinas y cientos de condicionantes hacen que su rendimiento, a veces, poco o nada tenga que ver con lo que costaron. Sin embargo este verano se han dado movimientos que dejan claro que, como en casa, en ningún sitio.

Si hay un fichaje objeto del escarnio y la burla entre tertulianos de bar en los últimos tiempos, ese fue el de Dmitro Chigrinsky. El central ucraniano llegó con el beneplácito de Guardiola y acabó siendo un fiasco. En menos de diez meses pasó de costar 25 millones de euros a volverse a su añorado Donetsk por algo más de la mitad.

Hemos tenido que esperar varios años para encontrar movimientos tan ruinosos y vueltas tan fugaces al equipo de origen como la del melenudo ucraniano. Si hay alguna operación equiparable en cifras, esa es la de Asier Illarramendi, por el que el Madrid pagó más de 30 millones de euros en el verano de 2013 tras un gran Europeo Sub21. Dos años y un Carnaval de Azpeitia (encierro taurino incluido) después, Asier vuelve a casa. Lo hará por menos de la mitad, pero seguramente habiéndose quitado un peso de encima.

Aún más veloz en retornar ha sido Filipe Luis, que apenas ha necesitado un año en Londres para saber que aquello no estaba hecho para él. Se marchó por 20 millones y ha vuelto por algo más de 16.

Moaña-Liverpool-Sevilla-Moaña. Ese ha sido el curioso viaje de Iago Aspas, último gran ídolo del celtismo. Se marchó tras una gran temporada a nivel personal de un Celta muy apurado y lo hizo con el objetivo de aliviar las arcas del club vigués. El Liverpool pagó 10 millones por el delantero y el asunto no acabó de salir bien y acabó en el Sevilla con una de esas raras cesiones con venta obligatoria.

Aspas no llegó a despegar con Emery, pero sus cifras fueron tremendas en Copa del Rey. Finalmente terminó volviendo a casa en un jugada redonda, por la mitad de lo que se fue y llegando a un equipo bastante más competitivo del que tenía el Celta hace dos temporadas. El domingo debutó con gol.

En definitiva, apuestas y órdagos que salen mal y realmente caros para el equipo comprador. Apuestas que muchas veces terminan con jugadores que son juguetes todos. Pero sobre todo, ventas han puesto una sonrisa pícara en la cara de Celta, Real Sociedad y Atlético de Madrid.

 
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