Bruselas propone un nuevo reparto de emergencia de ciento veinte mil refugiados
Juncker quiere que el país que rechace asilados pague por los gastos del resto
Bruselas
Es una vuelta más en el pulso Europeo entre la Comisión y los gobiernos.
El equipo de Juncker prepara una nueva propuesta obligatoria para un reparto "urgente" de inmigrantes que responda a la llegada masiva de ciudadanos sirios a la frontera húngara.
Su última propuesta, rechazada por los gobiernos de la UE, terminó este pasado julio sin ser obligatoria. Hoy, la Comisión estudia abrir la posibilidad de que quien no desee repartirse asilados pueda quedarse al margen pero participando con los gastos. Es decir, poniendo dinero nacional en el presupuesto comunitario para ayudar a sufragar los costes de quienes asumirán a los refugiados.
La propuesta pretende responder a las críticas que desde Alemania mantienen que el equipo Juncker no ha estado a la altura de la crisis humanitaria y será presentada por el Presidente de la Comisión la próxima semana, en Estrasburgo, donde la Comisión Europea celebra su reunión coincidiendo con el plenario del Europarlamento ante el que Juncker debe pronunciar su discurso sobre "el Estado de la Unión ".
Fuentes comunitarias confirman en privado que el tema ha sido analizado por los comisarios europeos en un seminario de reflexión celebrado esta noche pasada, y aunque las cifras podrían sufrir algunas variaciones, mantienen que el objetivo es conseguir un acuerdo para un reparto de 120.000 ciudadanos sirios.
Según fuentes conocedoras del proyecto, este nuevo mecanismo de emergencia se añadiría al aprobado ya para Italia y Grecia. Además de incluir a estos dos países, también se ampliaría a Hungría.
Su primer ministro, el húngaro Victor Orban, ha rechazado este jueves que exista "un problema europeo". Orban mantiene que el problema "es alemán porque todos los que llegan quieren ir a Alemania".
Declaraciones que según Schultz, el Presidente del Europarlamento, confirman "las discrepancias en la UE" ante este debate. Un problema, el de las divisiones internas que hasta hoy ha impedido reunir al Consejo Europeo a nivel de jefes de gobierno, fijando el objetivo para los primeros acuerdos en una reunión de ministros del interior extraordinaria convocada para el próximo 14 de septiembre.