Internacional

Hungría comienza a rechazar a los refugiados que llegan desde Serbia

A la espera de que esta noche entre en vigor la nueva ley de inmigración, que penará con carcel el cruce ilegal de la frontera, las autoridades han comenzado a impedir la entrada de refugiados

Agentes de policía vigilan a un grupo de refugiados en la frontera entre Hungría y Austria, en Nickelsdorf. / HERBERT P. OCZERET EFE

Madrid

La policía húngara ha comenzado a impedir la entrada de refugiados a través de su frontera sur con Serbia, donde estaba cerrando el último hueco que quedaba en la valla alambrada que separa ambos países. En el lugar de los hechos, cerca de la localidad de Röszke, la policía ha colocado una barrera humana con unos 25 agentes de seguridad que cerraban el paso a los refugiados que van llegando desde el país vecino.

Un oficial de la policía magiar, que estaba también en el mismo lugar, ha confirmado que a partir de ahora ya no se permitirá la entrada de ningún refugiado a Hungría.

Varios grupos de inmigrantes han sido parados por los agentes y enviados de vuelta al lado serbio de la frontera, donde se retiraron hacia una zona boscosa cercana, visiblemente desilusionados y resignados.

Preguntados desde el lado húngara de la frontera, algunos refugiados afirmaban que la valla no les parará. "Vamos a seguir la valla hasta encontrar otro hueco", ha gritado uno de ellos, mientras que otro decía: "esto no me va a parar. He cruzado mar para llegar hasta aquí".

A continuación se podía ver como cientos de refugiados iban caminando paralelo a la valla, con el aparente objetivo de encontrar una nueva entrada hacia Hungría.

En el país centroeuropeo entra en vigor esta noche una nueva y restrictiva ley de inmigración, que declara como delito el cruce ilegal de sus fronteras. En caso de ser detenidos, los inmigrantes podrían ser condenados a tres años de cárcel o expulsados del país.

Pocos minutos antes, la policía húngara había comenzado con el cierre del último hueco en la valla alambrada y por donde pasan las vías del tren que unen Serbia y Hungría. El hueco tiene unos 25 metros de ancho y será cerrado con una especie de portón que abrirá solo cuando tenga que pasar un tren.

Hasta las 15.00 hora local,  habían entrado en Hungría unos 2.000 personas, según datos de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR).

Decenas de policías y militares se encuentran en lo que las autoridades han calificado como "zona de operaciones". Al menos un helicóptero estaba sobrevolando la región, mientras que numerosos camiones militares estaban en zona.

El centro de recepción de refugiados se encuentra a unos 600 metros de distancia, desde donde los inmigrantes eran transportados en autobuses directamente hasta la frontera austríaca. Los refugiados hacía largas colas para subirse a los vehículos que partían en cuestión de minutos rumbo al noroeste y oeste del país, hacia la frontera con Austria.

Allí, habían llegado esta tarde ya unas 9.000 personas al paso fronterizo de Nickelsdorf y otros 10.000 al de Heiligenkreuz, más al sur, según fuentes de la policía austríaca.

Récord de refugiados

Un total de 5.809 refugiados procedentes en su mayoría de países de Oriente Medio y Asia entraron el domingo en Hungría, una cifra récord según la Policía magiar, que podría quedar ya hoy obsoleta porque se espera la mayor oleada de llegadas de todo el año.

Según las fuerzas de seguridad húngaras, desde el pasado viernes llegaron al país centroeuropeo 13.162 refugiados y se interpusieron 28 denuncias contra supuestos traficantes de personas.

La cifra de entradas diarias está muy por encima de las alrededor de 2.000 personas de media de las últimas semanas y se debe al inminente cierre de la frontera húngara con una alambrada y una dura legislación que entra en vigor mañana y que castiga con penas de cárcel entrar en el país de forma ilegal.

Los medios húngaros cuentan con una afluencia récord de refugiados, que intentarán alcanzar suelo húngaro antes de que entre en vigor mañana la nueva legislación.

Los refugiados, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, entran en Hungría por el paso fronterizo de Röszke, donde el Gobierno se ha apresurado a cerrar el único hueco abierto aún en la alambrada erigida mientras eleva una segunda valla más alta que espera tener finalizada este mes.

Cambio de ruta

A la espera de comprobar la dureza con la que Hungría aplicará la nueva ley, analistas y expertos policiales de varios países han indicado que el flujo de refugiados puede cambiar de ruta, de Serbia hacia Croacia y Eslovenia, con el fin de evitar suelo húngaro.

La llegada récord de refugiados se produce además cuando Alemania, el destino preferido de la mayoría de los refugiados, ha modificado su política de puertas abiertas y ha restablecido los controles fronterizos, dejando en suspenso los acuerdos de Schengen que garantizan la libre circulación en territorio comunitario.

El ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, recordó que, según la legislación europea, su país no es responsable de la mayoría de solicitantes de asilo que llegan e instó a todos los socios a respetar el convenio de Dublín que, recordó, sigue en vigor.

Esa normativa establece que los peticionarios de asilo deben ser registrados en el primer país europeo al que llegan, encargado también de tramitar sus solicitudes. 

 
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