Mónica Martínez: “Mi desnudo no aportaría nada, salvo el morbo”
Entrevista con Mónica Martínez, la presentadora del dating show de Cuatro 'Adán y Eva',
Madrid
Mónica Martínez es toda una veterana, una profesional de la televisión con una admirable capacidad para adaptarse a formatos, cadenas, géneros, modas y estilos. Tanto que, después de casi tres décadas en la pequeña pantalla, un espectador llegado de Marte no adivinaría ni su edad ni sus años de experiencia en este medio.
Por su buena imagen, pero, sobre todo, por la frescura y naturalidad que desborda en un programa que aterrizó en España entre un runrún polémico, que cerró el curso televisivo como una de las apuestas revelación y que ahora ha arrancado de nuevo en una atmósfera de normalidad, casi impropia para un reality que desnuda a sus participantes como es 'Adán y Eva'.
Esta periodista y presentadora madrileña ha pasado por las principales cadenas del país, desde Telecinco a La 1. Donde su cara empezó a resultar más familia fue, quizá, en Antena 3. Allí permaneció desde 2001 a 2010, con un breve escarceo intermedio en Real Madrid TV. En la cadena de San Sebastián presentó magacines, deportes, concursos… Quiso ser madre y disfrutar de la maternidad, con lo que se alejó un poco de los platós. En 2013 ficha por Intereconomía como presentadora deportiva. Un año después, le llegaría la oferta del paraíso pecador de 'Adán y Eva'.
'Adán y Eva' se convirtió en octubre de 2014 en el mejor estreno de entretenimiento de la historia de Cuatro (14,6% y 2,8 millones). Acabó esa primera temporada promediando casi 2,5 millones de espectadores y un 12,8% de share. En la segunda, estrenada el miércoles pasado, 'Adán y Eva' bajó hasta el 8,4% con 1,5 millones de espectadores. Siguen siendo cifras satisfactorias de las que Mónica Martínez tiene tanta culpa o más que el morbo que provocan los desnudos televisivos. En 'Adán y Eva', desnudar a los participantes es lo sencillo. Lo complejo es encontrar una presentadora que conecte con la audiencia, con los Adanes y Evas, y se mueva con naturalidad en una situación poco usual. Y eso es lo que sí ha conseguido Mónica Martínez, todoterreno del entretenimiento televisivo.
En los momentos previos al estreno de 'Adán y Eva', el año pasado, ¿alguna vez habías pensado que el programa podría tener una acogida tan favorable?
Cuando me presentaron el formato, me encantó. Me pareció atrevido que pudiéramos poner un formato así en prime time y sin pixelar [ríe]. Era como un experimento: a ver qué sale de aquí. Yo esperaba que tuviera éxito porque me parece que es un formato muy interesante, pero quizá no esperaba tanto. Me sorprendió y me encantó.
Cómo va a responder el espectador es una duda que tenemos ahora también. Hemos mantenido una línea muy parecida a la del año pasado, así que sabrá qué se va a encontrar… pero cada Adán y cada Eva son muy distintos y nos condiciona el resultado final de cada entrega. Las personalidades y cómo congenian entre sí, es lo que te da un programa u otro.
El dar con los participantes con personalidades llamativas e idóneas para este dating es fundamental para programas que se enmarcan dentro del género de la telerrealidad. ¿Le habéis dado un giro de tuerca al casting? ¿Habrá más personajes?
[Risas] El trabajo del equipo de casting de 'Adán y Eva' es tremendo. Se pasan muchos meses haciéndolo y, de nuevo, han conseguido encontrar tesoros. Son personajes, aunque ellos no se lo consideren y cuando se vean en la tele lo comprobarán.
Es de agradecer que estas personas quieran venir al programa y que cada vez participen más personas en el casting. Es gente valiente -porque saben que tienen que estar desnudos todo el tiempo que dure el reality-, divertida, con sentido del humor y con ganas de reírse incluso de ellos mismos. Eso es lo que da que 'Adán y Eva' sea un programa tan libre y transgresor.
¿Ha habido algún Adán o alguna Eva que te quisiera a ti como su media naranja? Aunque no se haya visto en pantalla…
[Risas] Evas creo que no… Adanes… alguno que otro ha hecho un intento… Es normal que ellos, que te ven como la presentadora, intenten agradarte; te dicen algún piropo y demás. Pero creo que ellos saben lo que hay y vienen a jugar y a conocer a su Eva. Te dicen lo de "¡ay! yo ya tengo Eva contigo", pero son bromas. Estoy segura de que son bromas. [ríe]
Este reality de Cuatro ha tenido tanto éxito -para tratarse de una cadena como Cuatro, de segunda generación- que ha sido generador de personajes para otros realities de mayor envergadura. ¿Ha habido algún participante de la primera edición que ha pasado desapercibido y que tú creas que hubiera funcionado bien en 'Gran Hermano', 'Mujeres y Hombres y Viceversa'…?
En la primera hubo algunos, pero en la segunda vais a ver bastantes personajes que tienen un perfil de reality. Son personas que dan tanto juego que, si en cuatro días en una isla han dado ese juego, imagínate tres meses en una casa….
Con todo el respeto y cariño, es gente que son personajes. Por eso creo que de esta edición pueden salir aún más que luego vayan a otros realities.
Tú que has presentado todo tipo de programas… ¿qué crees que es más difícil delante de una cámara: desnudar el físico o desnudar el alma?
Creo que es mucho más difícil desnudar el alma. A algún concursante le he dicho: te hemos visto desnudo, pero no te hemos conocido. A veces, les cuesta mucho quitarse la coraza. No tienen tapujos en cuanto a desnudarse físicamente -porque están a gusto con sus cuerpos-, pero les cuesta abrirse. Sobre todo a los hombres.
Las mujeres tienen más pudor en enseñar físicamente y menos en mostrar sus sentimientos. Es un poco el reflejo de la vida real. Va a sonar tópico, pero en la vida real es más normal que las mujeres contemos nuestros sentimientos y los hombres suelen ser un poquito más cerrados en este aspecto.
Uno de los tabúes que aún encontramos en la tele española -no así en otros países- es el de mostrar desnudos frontales masculinos íntegros, mostrando penes sin contemplaciones. Hasta ahora era poco usual ver esto en series o programas. ¿Crees que 'Adán y Eva' ha roto con ese tabú?
Estamos intentando que el desnudo sea algo natural, esto no se consigue en 10 programas. Evidentemente, dependiendo de en qué situaciones lo muestres y cómo lo muestres, puede llegar a ser algo más agresivo. En 'Adán y Eva' se intenta mostrar la situación, lo que está pasando. No se está buscando una postura determinada para que sus atributos queden mejor. Somos espectadores de una historia de amor o desamor, que es lo que importa.
Como están desnudos, evidentemente, hay plano que no pueden obviar esas partes, pero no se busca eso.
De las aventuras profesionales que has tenido, ¿cuál ha sido la que más te ha costado?
El principio de 'Adán y Eva' me costó un poco porque yo no había hecho realities. Para mí, 'Adán y Eva' era un reto. Creo que me crezco ante la adversidad, y me terminó pareciendo una aventura fantástica y vivir esto en el paraíso y ver cómo salía el experimento.
Para mí, la primera vez que hice deportes, me parecía un reto muchísimo más difícil. En el mundo del deporte, se te analiza muchísimo, con lupa… y más si eres mujer. Te cuesta mucho hacerte con la credibilidad. A mí me costó… y estuve 7 años en deportes. Ahí, profesionalmente, fue más difícil el hacerme hueco.
En 'Adán y Eva', profesionalmente era un reto, pero personalmente estaba encantada. Salvando la distancia de que estás hablando con personas desnudas -al principio es chocante, luego lo olvidas-, lo demás era lo que me gusta hacer: preguntar, contar lo que está pasando, analizar las historias…
¿Qué sería para ti el paraíso en televisión?
Hombre, 'Adán y Eva' es un paraíso, por el momento [risas]. Yo disfruté mucho en Antena 3 haciendo 'Tal cual lo contamos', un magazine contenedor con varias horas en directo, con testimonios… Me gustan mucho los programas de testimonios, nos acercan mucho a la realidad.
¿El paraíso? Hoy en día, hay que disfrutar con lo que uno tiene, pero no descarto hacer algo así porque me gustan mucho los testimonios y los magazines.
Si los números de esta temporada de 'Adán y Eva' son como los de la primera, a buen seguro que renovarían el programa. Si para esa nueva temporada la productora o la cadena pidiera el desnudo también de la presentadora, ¿tú qué dirías?
[Risas] Alguno estaría encantado, no me lo dejan de preguntar por Twitter.
Por eso te lo he preguntado, porque he visto que comentarios te dejan…
Mi primera pregunta cuando me ofrecieron el formato fue: ¿pero yo estoy vestida? Y me dijeron, sí. Entonces no había problema. Creo que mi desnudo no aportaría nada, salvo el morbo. Y ya está.
Si me eligieron a mí y ya sabían que yo no me iba a desnudar, creo que será porque a ellos tampoco les interesa que la presentadora vaya desnuda. Si no, habrían elegido a otro perfil.