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ENTREVISTA

Cristina Pedroche y Samuel

Entrevista con la colaboradora y presentadora Cristina Pedroche que descubre su lado más solidario

Cristina Pedroche, en un momento de la entrevista / DAVID REDONDO

Madrid

Cuando a Cristina le avisan, por enésima vez, de que se tiene que marchar porque ya debería estar preparándose para entrar en 'Zapeando' -programa del que es colaboradora- el reloj marca casi las dos de la tarde. Se ha pasado las últimas cuatro horas atendiendo a periodistas y medios gráficos. Tenía un mensaje que vender: "Hay que quererse y hay que aceptarse. Tienes que quererte tal y como eres".

"Creo que, ahora mismo, no hay otra celebrity que sufra más los insultos por su peso que yo […] La vida son dos días. Si yo cierro los ojos, me acuerdo de cuando entré en 'Sé Lo Que Hicisteis'. Y sí, estaba más delgada… pero ¡es que tenía 21 años!. No sabía ni hablar. Prefiero a la Cristina Pedroche de ahora porque soy mucho más feliz". El mensaje es claro y sincero. Pedroche ha aceptado encantada prestar su imagen a la campaña solidaria Quererse Está de Moda (iniciativa de la corporación Sonae Sierra) cuyos beneficios se donarán a la asociación ADANER, que lucha contra la anorexia nerviosa y la bulimia.

Ya, charlando para esta entrevista, Cristina se muestra muy concienciada con el propósito de la campaña y, sobre todo, deseosa de que llegue a oídos de aquellas personas cuyo aspecto físico les puede convertir en infelices: "Hay que decir que el tema de la belleza es muy subjetivo. A ti te puedo parecer muy guapa y a otros una ballena. Luego está en que yo les haga caso o no. Pero hay niñas que quizá lo están pasando mal por cosas como que sus padres se están divorciando y que en el colegio le digan tal o cual, es añadir más. Yo lo que quiero es aprovechar el altavoz que tengo [como rostro famoso] para decir a esa gente que de todo se sale, que hay que buscar la felicidad y que mi felicidad no tiene por qué ser la tuya".

Sin embargo, con la entrega, el tiempo, la dedicación y las preguntas de todo tipo -casi todas sobre su vida amorosa- que está sorteando a lo largo del encuentro, sorprende cuando admite en esta conversación que no es muy proclive a ceder su imagen o dar voz a las muchas iniciativas solidarias que ponen en marcha empresas de todo tipo. "A mí me gustan las ONGs y asociaciones que hacen este tipo de cosas, pero también hago cosas privadas. Porque si estás en todos los eventos solidarios, al final no te van a creer", afirma.

Cristina Pedroche junto a responsables de la campaña 'Quererse está de moda' en la rueda de prensa previa a esta entrevista

Cristina Pedroche junto a responsables de la campaña 'Quererse está de moda' en la rueda de prensa previa a esta entrevista / DAVID REDONDO

- [ENTREVISTADOR] La gente puede pensar que se hace para mejorar la imagen del famoso…

- [CRISTINA] "No me gusta, cuando llega la Navidad, que llegan ciertos famosos, deportistas… y van al hospital a darles regalos a los niños. Eso está muy bien, pero el resto del año también hay niños en los hospitales. Pues si yo voy a un hospital, nadie se entera. Se enteran sus padres, las enfermeras y punto"

- ¿Haces ese tipo de cosas tú?

- "Las hago, pero no quiero que se sepa. Si eso se sabe, ¿dónde está la gracia?"

Cristina, que no tiene problema en develar un sinfín de aspectos de su vida personal, se muestra prudente y reticente a ahondar en su faceta más solidaria. Quiere llevarla en silencio. Finalmente -puede que por la insistencia del entrevistador o por la confianza que ella ya puede tener en él (o ambas)-, Cristina se anima a hablar de Samuel. Es entonces, cuando el gesto de la cara y el tono de la voz cambian.

"Yo sigo muy de cerca a un niño con cáncer, con un tumor cerebral, que es que… le amo. Vive en Toledo y él y sus padres vienen, a menudo, a vernos a 'Zapeando'. El niño dice que soy su novia [sonríe]. Lo único que le motivaba a ese niño y le hacía sonreír era verme a mí en la tele". La voz de Cristina se va quebrando a medida que continúa hablando del caso de este pequeño de 8 años, Samuel. "El primer día que vino, hace un año y pico, su madre lloraba desconsolada. No había manera de parar las lágrimas. El niño venía casi sin fuerzas, porque la quimioterapia es muy agresiva y cada vez que vienen a Madrid es para recibir un tratamiento especial. Venía sin fuerzas y, cuando me vio, abrió los brazos para darme un abrazo. Su madre me dijo: 'hace meses que mi hijo no me da un abrazo porque no tiene fuerzas'. En este momento, a Cristina le cuesta seguir manteniendo el tipo delante de la grabadora. Los ojos, por más que ella intente evitarlo, se le humedecen.

"Muchas veces, estoy en la tele haciendo algo y pienso ¿para qué hago esta tontería o digo estos chistes?. Pues mira, solo porque ese niño -y no ha sido el único- haya encontrado una motivación para querer seguir viviendo… La actitud de querer agarrarte a la vida es muy importante y pensar que ese niño quiere seguir porque me ve a mí, me deja sin palabras". Cristina se emociona profundamente. Cuenta cómo se manda e-mails y fotos con Samuel. Cuenta, con una sonrisa, que la última vez que lo vio, él ya tenía mejor aspecto. Es esperanza sincera de que Samuel consiga superar su enfermedad lo que subyace bajo las palabras de Cristina.

De tonta buenorra a ballena

Cristina, instantes previos a ser entrevistada

Cristina, instantes previos a ser entrevistada / DAVID REDONDO

Al principio de su carrera en televisión,Cristina Pedroche tuvo que convivir durante años con los clásicos comentarios que pretendían argumentar que su presencia en pantalla únicamente se debía a un explosivo físico, que era una niña tonta y bonita sin más. Nada más lejos de la realidad.

Los años han ido pasando y Cristina ha seguido en televisión, ha encadenado un proyecto tras otro y las ofertas de colaboración en otros medios -desde radios a revistas del corazón- prácticamente le llueven. Pero el discurso entre sus detractores ha cambiado: ahora es una chica gorda que hace el ridículo en su deseo de provocar.

Comentarios éstos que ella se toma con filosofía. No le queda otra, pese a que, a veces, aparecen dudas: "El momento de las campanadas y el dichoso vestido… era como 'esta chica no tiene cuerpo como para llevar este vestido'. Perdona, déjame que lo decida yo. Hubo un momento en que dije 'a ver si es que no me queda bien y por eso se está montando ese revuelo….'. Volví a ver las imágenes y me encanta. Si tengo cuerpo o no para ponerme determinadas prendas lo tengo que decidir yo, no una persona en Twitter que me escribe con un huevo de avatar", explica.

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Pero en esta chica siempre hay un foco de positivismo en todo: "Vivimos en un mundo absurdo. También te digo que, aunque parezcan más, [los que critican] son cuatro gatos que hacen ruido. Gracias a dios, vivimos en una sociedad con gente muy solidaria, muy amable, que mira por los demás… Nunca jamás me he encontrado en la calle a nadie que me diga 'estás gorda', 'lo haces muy mal'. Todo lo que recibo es cariño. La gente tampoco es tan mala. Son 4 gatos que se tiran toda la tarde poniendo tuits, en Facebook… Tiene varios perfiles y en algunos ponen de foto mi cabeza con un cuerpo de ballena. ¿En serio te abres un cuenta de Twitter para poner eso?".

- Es fácil darse una vuelta por Twitter, Instagram (sobre todo) y encontrar a jóvenes de no más de 20 años -incluso de menos de 15- que se convierten en auténticas celebridades en redes sociales (con miles de seguidores) solo por hacer uso de su imagen, ¿crees que las redes sociales están incentivando el culto al físico en estas edades? Con lo negativo que puede ser eso…

- "Sí, totalmente. Los niños empiezan a tener móvil muy pronto. Y tenerlo no significa que puedan llamar o no, es que están conectados a todo. Por mucho que tú les censures ciertas páginas, al final hay mil puertas para llegar a un sitio. Me asusta este tema en gente tan joven. Hay niños/as de ocho años que son auténticas celebrities de Instagran porque enseñan cuadraditos del abdomen o se ponen en posturas sensuales. ¡Pero que tienes 8 años! Y se entra en la carrera de tener cuantos más seguidores, mejor… así que hay que estar más guapa… "

- Tú, que no tienes ya 8, ni 15, ni 20 años, sí que subes fotos con tu novio o familia a redes sociales o hablas de tu vida privada a todos los medios. Me sorprende mucho esa facilidad con la que abres tu vida al público…

- "Ya… Es que me da igual. Al final, cuando te escondes, buscan más cosas. Yo no cuento todo, pero cuento muchas cosas porque soy feliz y me parece algo maravilloso que la gente lo sepa. No me importa compartir mi vida privada porque siempre lo he hecho"

- Y aún así te persiguen…

- "Y aún así nos siguen los paparazzi. ¿Qué esperan ver? ¿Que vamos de la mano y nos damos un beso? Pues es lo que hacemos siempre. Que hagan lo que quieran. Al principio me molestaba más. Lo que no me gusta es que se inventen cosas. Que, de repente, me vean entrando al médico porque voy a hacerme un análisis rutinario y publiquen que si puedo estar embarazada, que si tengo lesiones… ¿Por qué no me preguntas y te digo a lo que he ido?"

- ¿Se inventan más cosas últimamente?

- "Depende… Lo que noto es que se está utilizando mi nombre mucho para eventos y noticias en los que ni si quiera tengo ningún tipo de relación. Tipo: 'Cristina Pedroche triunfa en Venecia'. ¡Pero si yo no he ido allí! Luego ves que es porque no sé quién se ha puesto un vestido con transparencias. ¿Tú crees que esa chica se va a poner un vestido con la intención de parecerse a mí? ¡Que dejen ya de utilizar mi nombre, por favor!"

"El deporte me da la vida"

Mientras habla, Cristina se toca instintivamente dos anillos que lleva en su dedo anular. "Son dos. Uno de David (su novio) y otro de mi madre. David me lo regaló en París. Y el de mi madre, es uno que teníamos muchas ganas de tener las dos. Lo llevamos las dos siempre. Son mis dos amores".

De su vida profesional, afirma que todo sigue sin novedades: "No sé nada ni de campanadas ni de la renovación de 'Pekín Express' ni nada. Sé que hay reuniones para ver si hay una segunda temporada, pero no sé nada".

Su amor enfermizo por del deporte -pasión que comparte con su novio- es el punto final de esta entrevista. "Cuando más creativa soy y cuando más alegre estoy es cuando hago deporte. El deporte me da la vida. Tampoco hace falta que te mates corriendo y vengas reventado. Hay veces que solo salgo a trotar, con mi musiquita. Y vengo y soy otra. Eso es lo que me hace estar mejor", afirma.

Tras pasar una mañana entera con ella, después de escucharla hablar en público, de cotillear lo que ha dicho en una entrevista y en otra, y de hablar con ella apreciando su mirada sincera, uno descubre el por qué Cristina ama tan pasionalmente el deporte, porqué se siente tan feliz en medio del sufrimiento que implica.

La libertad y la filosofía que encierra el deporte. El esfuerzo como medio para la consecución de un objetivo. El carácter de luchar por superar un reto, de conocer tus límites e intentar vencerlos. Por eso, para Cristina, el deporte ha sido siempre un genial compañero de vida. Por eso, Cristina quiere correr junto a Samuel la carrera más importante de su vida; más deprisa, más despacio… pero quiere verlo cruzar la meta. Quiere verlo sonreír y que el pequeño pueda decir que ha vencido al cáncer.

 
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