Deportes
MUJERES EN EL DEPORTE

La lucha del deporte femenino en el Islam

El caso de Niloufar Ardalan, a la que su marido ha impedido salir de Irán participar en la Copa de Asia de Fútbol Sala, una más de las restricciones de la ley islámica.

En 1984 la atleta marroquí Nawal El Moutawakel se convirtió en la primera mujer de un país de origen islámico en ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos, el oro en los 400 metros vallas. Su triunfo tuvo un gran valor al venir de un país con grandes dificultades para las mujeres a la hora de practicar un deporte. Tan solo 3 años después, a los 24, Nawal abandonó el atletismo para dedicarse a promocionar el deporte el deporte femenino, especialmente en los países islámicos. "La participación de las mujeres en el deporte es un reflejo de su posición en la sociedad en general. Su entrada en estos espacios deportivos coincide a menudo con su entrada y participación activa en la sociedad civil y la política", dijo.

Otra mujer que sufrió el ataque de los más radicales fue la tenista Sania Mirza, primera mujer de la India en ganar un torneo WTA. Le pedían que se tapase cuando jugara para “no corromper a los más jóvenes” e incluso fue amenazada de muerte. Ella contestó: “Creo que por jugar con una minifalda no estoy traicionando a mi religión. No haría nada que faltara el respeto a mi país, me gusta mi país”. Sania decidió no jugar los torneos de su país para evitar la polémica que surge por lucir faldas cortas y camisetas ajustadas, incluso por momentos pensó en dejar el tenis. A pesar del juicio moral al que siempre se ha enfrentado, ha sido un icono para jóvenes y adolescentes de la India.

Muchas de estas barreras para las mujeres de países islámicos se han ido derribando poco a poco, no en vano, en Londres, en los Juegos Olímpicos de 2012 por primera en la historia compitieron féminas de Arabia Saudí, Túnez o Qatar.

Quizá por esos progresos realizados en los últimos años llama la atención la ausencia de la mejor jugadora de fútbol sala de Irán, Niloufar Ardalan, en la Copa de Asia en Malasia. Su marido, un periodista deportivo, se lo ha impedido aludiendo que coincidía con el momento en que su hijo de 7 años comenzaba el colegio. La mujer en Irán, para salir del país, si está casada, necesita el permiso de su marido. “Quisiera que las autoridades nos permitieran a las atletas femeninas defender nuestros derechos en estas situaciones. Este torneo era muy importante para mí. Como mujer musulmana, querer levantar la bandera de mi país, no viajar por placer o diversión." escribió la futbolista.

 
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