'Fear The Walking Dead' dice hasta luego

Pues se acabó el verano y llegan los zombis; los de verdad, los de The Walking Dead. La serie de AMC estrena su sexta temporada el próximo 12 de octubre. Pero antes, su spin-off ha de poner el broche a su primera temporada que, en líneas generales, ha contentado a los que buscan una ficción con unos razonables estándares de calidad y ha defraudado un poco a los que pensaban darse un festín de muertos vivientes.

En Fear los zombis ha habido que intuirlos, que imaginarlos. Es una serie de atmósfera en la que la incertidumbre y el miedo a lo que está por venir lo inunda todo y se apodera de cada personaje llevándolos a situaciones límite.

En su debe, más que la falta de batallones de zombies -que puede estar livianamente justificada al tratarse del inicio del apocalipsis- se le puede achacar lo forzado de las acciones de algunos personajes para desencadenar las tramas principales de cada capítulo así como la pobreza de personajes poliédricos, que se pueden contar con los dedos de una mano. En todo caso, sería injusto no tachar a Fear como una precuela más que decente de The Walking Dead.

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La serie emite este domingo su sexto y último capítulo de la primera temporada. En España, puede seguirse a través del canal AMC España -disponible en las principales plataformas de pago-, bien en la madrugada del domingo al lunes (3:30) o bien el lunes en prime time (22:10).

En EEUU, las audiencias han ido en descenso. Del gran dato en su estreno con más de 10 millones de espectadores, a los 6-7 millones que han visto los últimos episodios. Muy buenas cifras, aunque muy lejos de los más de 13 millones de espectadores que siguen The Walking Dead habitualmente.

Robert Kirkman (autor del cómic original), Gale Anne Hurd, Greg Nicotero, David Alpert y el showrunner David Erickson son los productores ejecutivos de Fear The Walking Dead que tiene ya garantizada una segunda temporada de mayor número de episodios, quince. Con casi total certeza, verá la luz en verano de 2016. Así que, lo de Fear no es un adiós, sino un hasta luego.