ADIF considera adecuadas las medidas de seguridad en la red de AVE
Está dispuesta a mejorarlas, pero sugiere centrar los esfuerzos en una labor policial de prevención
Cientos de pasajeros se agolpaban esta mañana en la estación de Sants de Barcelona, después de que un intento de robo de fibra óptica haya afectado a la circulación de 20 trenes AVE. / Alberto Estévez (EFE)
Madrid
Los responsables de ADIF consideran que las medidas de seguridad para evitar sucesos como el de este jueves tienen un nivel adecuado para una red de 16.000 km en todo el país. "Todo es mejorable" -apunta un portavoz- que no descarta introducir medidas adicionales si así lo aconseja la investigación de lo sucedido. Aunque sugiere que quizá el esfuerzo deba centrarse en una labor policial preventiva.
Hay 8.000 cámaras de vigilancia -explica ADIF- en los 16.000 km de red ferroviaria. 1.200 empleados dedicados a tareas de vigilancia, otros 1.500 de mantenimiento. Y este esfuerzo se centra especialmente en los 3.000 km de AVE.
No parece un robo
Lo sucedido este jueves ha tenido consecuencias más graves que cuando hay robos de cobre para su venta. Esta vez sólo se ha inutilizado la fibra óptica, con dos cortes en cada uno de los dos cables del tendido. Y han desaparecido cuatro picas de toma de tierra, prácticamente sin valor en el mercado negro, apunta ADIF. El móvil no parece el robo. Pero el administrador ferroviario se pregunta quién puede tener interés en un sabotaje, sin una tensión laboral que lo explique, como sí existía en alguna huelga anterior en que se registraron daños en la infraestructura. El administrador no descarta que pueda tratarse de una acción individual o de un grupo reducido de personas. Pero sus portavoces no se explican cuál puede haber sido el móvil.
68.000 metros de cable
El problema recurrente de ADIF es el robo de cobre. Nada menos que 68.700 metros en las líneas de AVE en los últimos 12 meses. Más de 41.000 de ellos en Cataluña. Casi dos tercios. Pero las consecuencias para la circulación no han sido tan graves como en esta ocasión. Hay mecanismos para paliar sus efectos, explica ADIF. Esta vez -dice- sin fibra óptica en servicio, el sistema se queda ciego, se rompe la comunicación entre el tren y la infraestructura por la que circula: Es necesario suspender su circulación.
