Una trabajadora será readmitida porque regalar una pescadilla casi caducada no es causa de despido
El Tribunal Supremo confirma la improcedencia del despido que aplicó Mercadona y confirma el fallo que ya dictó en 2013 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña considerando que no estaba justificado.
Madrid
Una pescadilla a punto de caducar, de que el pescado en cuestión acabara en el vertedero, es el origen de un despido que ha sido anulado.
El caso se desarrolló en 2013 en uno de los centros de Mercadona en Barcelona cuando la gerente del departamento de pescadería regaló a un cliente el ejemplar tras ver que estaba a punto de ir a la basura.
La dirección de la compañía de supermercados le abrió expediente y la despidió entendiendo que era la responsable de una falta laboral muy grave por actos considerados fraudulentos y por abuso de confianza.
La mujer, que había entrado en la empresa en 1994, reconoció, que regaló a una clienta una pescadilla que se iba a desechar, posibilidad prohibida por el convenio de la empresa.
El tribunal de instancia, un juzgado de Lo Social de Barcelona ya sentenció que el despido era improcedente al señalar que no había habido ni hurto, ni malversación ni apropiación indebida.
Inmediatamente la empresa recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que dijo lo mismo aunque admitiendo que en todo caso la trabajadora pudo cometer una falta grave por desobedecer a sus superiores.
Mercadona impugnó después este fallo ante el Supremo que ahora ha decidido no admitirlo y confirmar el fallo anterior ya que las alegaciones de la compañía en el trámite de casación son contradictorias.