Un día después de la celebración del Consejo de Ministros que aprobó el real decreto de convocatoria de elecciones para el 20 de diciembre, Rajoy ha vuelto a convocar a los medios. Quería escenificar su contundencia después de que Junts pel Sí y la CUP registraran una propuesta de resolución en el Parlament que anuncia el inicio del proceso independentista.«Los dos grupos parlamentarios que juntos no tuvieron la mayoría han presentado una propuesta de resolución contrarias a las leyes, a la mayoría de los catalanes y a la voluntad democrática de los españoles», comenzaba su intervención y a continuación calificaba los hechos como «un acto de provocación de quieres pretenden saltarse la ley porque saben que la ley no está de su parte». El presidente ha querido dar un golpe de autoridad y presentarse como garante de la ley: “El Gobierno que presido garantiza y garantizará que no van a lograr ninguno de sus objetivos” y advertía de que, en caso de aprobarse la propuesta de resolución en el Parlament, “no surtirá ni uno solo de sus efectos”. Rajoy ha asegurado que, mientras él sea presidente del Gobierno, “España seguirá siendo una nación de ciudadanos libres e iguales, la Justicia prevalecerá sobre la sinrazón y todos estaremos sometidos a la ley y a las resoluciones de los tribunales”. También este martes, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha puesto en contacto con Mariano Rajoy para mantener una vía de diálogo sobre esta cuestión. En cambio, el presidente ha sido quien ha llamado a Albert Rivera. El líder de Ciudadanos le ha pedido que mantenga a su partido al tanto de lo que vaya a hacer y llamaba a tener “todos los canales abiertos” para intentar impedir esa declaración de independencia. Rajoy no quiere que la propuesta separatista se llegue a aprobar en el Parlament. Para evitarlo, los populares catalanes presentarán un recurso de reconsideración buscando hacer un frente común de los partidos constitucionalistas. En Moncloa aseguran que en esta cuestión coincide «plenamente» con Rivera y Sánchez.