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Camareras de piso, 96.000 trabajadoras con pocos derechos

Los sindicatos culpan a la reforma laboral de las malas condiciones salariales y de trabajo de este colectivo de empleadas de hotel

Las camareras de piso se ocupan de arreglar las habitaciones y hacer las camas de los hoteles. / GETTY IMAGES

Las camareras de piso se ocupan de arreglar las habitaciones y hacer las camas de los hoteles.

Madrid

Las camareras de piso (trabajadoras -casi todas son mujeres- que se ocupan de arreglar las habitaciones y hacer las camas de los hoteles) denuncian que cobran salarios ínfimos y que la dureza de su profesión les perjudica a la salud. Denuncias como la de Ana en el Diario de Hoy por Hoy (le pagan 2,50 euros por habitación, y si no llega al número de camas preestablecido le descuentan dinero) no sorprenden en UGT y CCOO, que piden a la Inspección de Trabajo una actuación más decidida contra estas prácticas.

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Los representantes de los trabajadores destacan que la situación no es igual en todos sitios: "En Baleares el convenio de Hostelería prohíbe este tipo de prácticas", explica Antonio Copete, responsable de Hostelería de UGT en las islas, "pero sí que es verdad que se debió a que peleamos el convenio con los empresarios". "Lo que sucede en estos otros territorios es consecuencia de la reforma laboral del PP [de 2012]", sentencia.

De la misma opinión es Antonio Ruda, responsable de hostelería de CCOO a nivel nacional, que señala dos formas de precarización del trabajo de estas empleadas: "la reforma laboral facilitó la externalización de servicios, una nueva forma de explotación no permitida hasta entonces". Con la primacía de los convenios de empresa sobre los territoriales y sectoriales que consagró la reforma, explican los sindicatos, se facilitó a los grandes grupos hoteleros que recolocasen a su personal en nuevas empresas, con un convenio muy por debajo de las exigencias marcadas por los aplicables hasta entonces. "Así se han llegado a rebajar salarios de 1.200 euros a la mitad", se lamenta Ruda.

Por otro lado, las fórmulas de trabajo a destajo como la que señala Ana también se han extendido, incluso con precios más bajos que los 2,50 euros que ella recibe por estancia: "Estamos denunciando todos estos casos; nosotros entendemos que son ilegales, pero si no lo son serán alegales e inmorales", asegura Ruda.

Los sindicatos también señalan que a estas situaciones de precariedad salarial se les suman fuertes problemas de salud: los esfuerzos que supone dedicar horas a diario a limpiar habitaciones y hacer camas acaba dando problemas lumbares que no están reconocidos en estos momentos como enfermedad profesional, con lo que las bajas por incapacidad no alcanzan el 100% del salario.

 
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