Alberto Garzón llama "al voto coherente e incorruptible de la izquierda"
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular cierra campaña en un mitin que volvió a desbordar expectativas y con una llamada a la lucha para parar a la derecha porque "no nos rendimos, no nos arrodillamos, no nos callamos"
Madrid
Más de 4.500 personas -hubo que prohibir que pasara más gente para no superar el aforo permtido- desbordaron esta noche el mitin de cierre de Alberto Garzón en el polideportivo Juan de la Cierva, en Getafe, Madrid. Siguiendo la tónica de una campaña "contracorriente", la gente volvió a responder con creces en el último esfuerzo de Izquierda Unida- Unidad Popular para pedir el voto antes del 20D.
Ante un público entusiasta que le ha recibido al grito de ¡presidente, presidente! o ¡que viva la lucha de la clase obrera!, Alberto Garzón ha apelado a los indecisos, a los desencantados, porque sólo si la izquierda vota izquierda real y no sucedáneos acabará el saqueo de la oligarquía, y se conjurarán los fantasmas de una gran coalición o un pacto entre PP y Ciudadanos. El candidato de IU-UP ha llamado a "llenar las urnas de votos rojos, del voto coherente, del voto de la dignidad, del voto de los principios y valores incorruptibles de la izquierda, porque no nos arrodillamos, ni nos arrodillaremos ante nigún poder, ni ni económico, ni militar ni eclesiástico".
Alberto Garzón ha reividicado la mochila de una candidatura que ha navegado contra viento y marea logrando colarse en un "guión electoral escrito para cuatro partidos", demostrando que están muy vivos y que la voz del pueblo no se puede censurar, enésima alusión en esta campaña a la exclusión de IU-UP de la gran mayoría de los debates electorales. Un Garzón que echaba el resto prometiendo lucha y compromiso en el futuro.
Al igual que hemos desbordado las plazas y los pabellones, ha dicho Garzón, el domingo desbordaremos los votos de urnas y romperemos las encuestas. El objetivo, formar grupo en el Congreso para ser el altavoz de la mayoría social, para ser determinante a la hora de hacer políticas de izquierdas en el parlamento más fragmentado de la historia.