“Si Rajoy no gobierna, se tendrá que marchar"
La petición de Aznar molestó mucho a Rajoy. El equipo del presidente del PP piensa que no es momento para cuestionar su liderazgo y abrir el debate de la sucesión
Madrid
La petición de Aznar molestó. La visita de José María Aznar sentó fatal en la calle Génova. Desde la dirección nacional del PP siempre le han pedido que se reserve sus críticas para expresarlas dentro los órganos oficiales y así lo hizo. Se presentó ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP. Serio, se sentó en un lateral, a la derecha de Mariano Rajoy y esperó su turno de palabra.
El presidente de honor de los conservadores llevaba cuatro años sin pasarse por la sede. Y acudió para pedir un congreso abierto, de modo que los militantes puedan definir el futuro proyecto de su partido y para que elijan la dirección del mismo. Dijo que él no se iba a presentar y que era obligado que se realizara cuanto antes.
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Sus palabras incendiaron a la cúpula conservadora. Para empezar porque, precisamente, “el del dedazo” venía ahora a pedir primarias. Y, después, porque se habían pasado todo el día deslizando mensajes de lo importante que, en estos momentos, era mostrarse unidos y no hablar de la sucesión de Rajoy. Fue llegar él y que todo estallara por los aires.
“Si no gobierna, se tendrá que marchar”. Es una opinión extendida en las filas populares. Lo dan por hecho. Están convencidos de que tendrá que dejar paso a otra generación. Recuerdan que el PP necesita una renovación desde las europeas.
Pero dentro del Partido Popular piensan que Aznar no acertó con el día y que, encima, logró el efecto contrario al que deseaba. Al ver cómo cuestionaba su liderazgo delante de todos, Rajoy bajó a dar la rueda de prensa bastante molesto y, por eso, en cuanto le preguntaron por el tema se comprometió a presentarse de nuevo al cónclave sin saber siquiera qué va a ocurrir en el futuro. “Sí. Me veo con fuerzas y ánimos a los que usted hace referencia”, dijo para zanjar la cuestión.
Dentro de las filas conservadoras se extiende el malestar. Creen que en esta guerra que ambos mantienen el único perjudicado es el partido. Unos opinan que Aznar no puede ir dando lecciones. Mientras otros indican que es “el único que se atreve a decir lo que muchos piensan”.
Tampoco les parece normal que Rajoy no haga autocrítica a pesar del batacazo y que todos los cargos desfilen para colmarle de loas y elogiar su campaña cuando se han dado un tremendo batacazo. Pero, en todos los casos, ven que entre el uno y el otro conducen al PP “a un callejón sin salida”.
Los críticos en el PP están al acecho. Esperan a ver cómo evolucionan los acontecimientos. También hay quien habla de la posibilidad de que el PSOE ponga como condición la cabeza de Rajoy para abstenerse. Algo que en la cúpula conservadora dicen que “no se contempla”. Les parece “inaceptable”, “un auténtico fraude” porque ha sido él quien ha ganado. Pero hay quien no lo ve tan mal porque piensan que por el bien de España “todo el mundo tiene que ceder”. De modo que todo sigue abierto.