Cine y TV

¿Por qué seguimos viendo el sorteo de la Lotería de Navidad?

El sorteo sigue arrasando en audiencia incluso en la era de internet; estas son las razones

Dos bombos, con 100.000 bolas de los números y las 1.807 bolas de premios, entre ellas la de "el Gordo", que repartirá cuatro millones de euros por serie, y 400.000 euros por décimo. / EFE/Juan Carlos Hidalgo EFE

Madrid

¿Por qué demonios se sigue emitiendo por televisión, en pleno 2015, el aburrido y largo sorteo de la Lotería de Navidad? ¿Por qué se altera la programación habitual para estar pendiente, durante horas, de dos bombos gigantes que giran y van expulsando números mientras unos niños, con parsimonioso ritmo, van cantando las cifras?

La respuesta es muy sencilla: arrasa en audiencia. El año pasado, la retransmisión en directo del sorteo de la Lotería Nacional de Navidad congregó en La 1 a una media de 2.422.000 espectadores (este dato por la mañana es una barbaridad) con un impresionante 49,2% de cuota de pantalla. En 2013 (en domingo), las cifras fueron aún más espectaculares: 3.065.000 espectadores con un 50,0%.

Es decir, que una de cada dos personas que en esos momentos están viendo la televisión lo hacen para sintonizar La 1 y ver el discurrir del sorteo. Para hacernos una idea del incremento de audiencia que suponer para La 1 esta emisión, hay que tener en cuenta que, de normal, la cadena promedia por debajo de los 10 puntos de share en la franja de la mañana. Por tanto, quintuplica su audiencia.

GRA279. MADRID, 21/12/2015.- Un momento de la cuelga y exposición de los números para el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, que mañana repartirá en España 2.240 millones de euros en premios, esta tarde en el Teatro Real en Madrid. EFE/Fernando A / Fernando Alvarado

De ahí, que en TVE se vuelquen año tras año con esta retransmisión (autonómicas como Telemadrid también lo hace) o que cadenas privadas como Antena 3 preparen ediciones especiales de sus magacines matinales, como hará 'Espejo público' que este martes estará dedicado al sorteo de la lotería de Navidad. Incluso aquellas como Telecinco que no llevarán a cabo ninguna cobertura especial, mantendrán como foco de atención cualquier cosa que ocurra durante el sorteo y conectarán con el salón y las administraciones agraciadas dentro de su matinal 'El programa de AR'.

Así pues, la pregunta no es tanto por qué se sigue emitiendo en televisión, sino porqué el público sigue enganchado a un evento que, en teoría, es lo más antitelevisivo que puede existir en pleno siglo XXI. Aquí, algunas razones.

- Tradición

La Navidad, de por sí, son fechas de gran tradición en la cultura occidental y, en España, el sorteo es algo así como el pistoletazo de salida. Si un año encendiésemos la televisión y ningún canal estuviera dando el sorteo de la lotería, con los niños de San Ildefonso canta que te canta, parecería que se han llevado un pedacito de lo que siempre hemos vivido.

- Nos incumbe

Esta emisión, en cierto modo, no deja de ser información de servicio. Es de las pocas emisiones televisivas donde, al margen de que gusten más o menos, el espectador se juega algo en ella. ¿Quién no tiene una papeleta o un décimo en casa? La idea no es tanto comprobar número a número si tu décimo resulta premiado como sí ver si tú llevas uno de los números ganadores de los premios más importantes. Existe una relación directa entre lo que está ocurriendo en ese salón y el espectador, al que le puede cambiar la vida.

- No es necesario prestar atención

Salvo que caiga en domingo, el 22 de diciembre es un día laborable. De normal, el espectador, sea en casa o fuera, no puede dedicar toda una mañana a ponerse delante del televisor ya que tiene quehaceres pendientes. No es fácil encontrar una emisión televisiva que permita no estar atento en cada segundo o permita desconectar sin que eso haga que pierdas el hilo de lo que está sucediendo. De ahí que en la franja de la mañana el consumo televisivo sea tan bajo. En cambio, con el sorteo esto es posible. Permite incluso la posibilidad de cambiar de canal para hacer zapping. Cuando ocurre algo importante, cuando sale algún premio, la variación de tono en el canto y en el ritmo, provoca que el espectador sepa que está ante un momento clave.

- El evento del día

Si todo el mundo va a hablar de algo y si de ese algo se va a hablar en todos lados, hay dos opciones: o meterse en un búnker o intentar estar más o menos informado. El sorteo de la Lotería de Navidad es el evento del día. Es de lo que se hablará en los bares, lo que se comentará en el trabajo y con lo que abrirán los informativos. Como siempre que los medios ponen su foco en un evento, el interés del espectador medio en ese asunto se incrementa.

- Se da en la radio

En la sociedad multiconectada y multimedia en la que nos encontramos en la que vemos televisión a la vez que comentamos en Twitter y en la que la radio se oye, se lee y se ve, cada vez es más normal que los usuarios vivan la experiencia de seguir en directo un evento a través de varios soportes.

El sorteo de la Lotería de Navidad es una de las emisiones radiofónicas más tradicionales. La SER por ejemplo, lo emite con un especial conducido por Pepa Bueno y Gemma Nierga. Tener el apoyo visual de lo que el oyente está escuchando por la radio es siempre una manera de enriquecer su vivencia.

- Débil competencia

Amén de que durante la mañana del sorteo de Lotería de Navidad es complicado encontrar un canal con una programación que pase por completo del sorteo, el resto de ofertas en esta franja no son demasiado atractivas. Series extranjeras de calidad media-baja, cine en la misma línea, factuales doblados al castellano, programas de crímenes… El sorteo de Navidad no tiene una competencia muy dura contra la que luchar; eso explica sus increíbles datos de share.

- Emisión para todos los públicos

No se puede obviar que, por fechas, muchos niños ya no están en el colegio en la mañana del 22 de diciembre. Ocurre que la mañana de un día lectivo no se considera franja en horario de protección infantil con lo que en estos casos en casa se produce una disyuntiva: sintonizar canales infantiles o arriesgarse a seguir viendo un canal generalista. Los padres saben qué la retransmisión del sorteo de Navidad es para todos los públicos, saben que no se van a encontrar con un vocabulario soez ni con tertulianos hablando de sexo o intimidades personales. Aunque a los niños les resulte soporífero, ver el sorteo no les causa ningún percance.

- Efecto concurso

El sorteo de Navidad recupera la esencia de los concursos televisivos de antaño, aquellos en los que personas que podrían ser tus vecinos resultaban agraciados con un premio que, en cierto modo, les cambiaba la vida. Como cuando en el 'Un, dos, tres…' los espectadores celebraban y se alegraban de que los concursantes ganasen el premio final.

Las imágenes de gente brindando en administraciones de lotería, las historias de personas humildes que lo estaban pasando mal y que han sido agraciadas como si de un milagro se tratase es como si el sorteo fuera un gran concurso de televisión de los años setenta.

- Gran campaña promocional

El sorteo de Navidad cimenta buena parte de su éxito en la larga, masiva y excelente campaña de promoción que lo acompaña. Es ya una marca propia y su spot publicitario [ver el de 2015] es otro de esos símbolos prenavideños que se han convertido en una tradición por lo que los medios le dedican muchísima atención. También reciben cobertura mediática en informativos de televisión los preparativos del sorteo o los puntos de venta de lotería de Navidad más típicos. El décimo o la papeleta con la que se participa en el sorteo es un folleto promocional en sí mismo.

 
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