El intento de relevar a Sánchez desata la guerra interna en el PSOE
Las federaciones críticas amenazan con recoger firmas y convocar el congreso si Ferraz no lo hace. Quieren que el cónclave se celebre a principios de marzo
Varios barones piden un Congreso para renovar la dirección del PSOE.
Madrid
Después de meses de desconfianza y tensiones internas, las cartas han quedado boca arriba en el PSOE. Las federaciones de Asturias, Andalucía, Castilla La Mancha, Aragón y Valencia plantearon abiertamente en el Comité Federal de este lunes que se aborde ya, en el plazo ordinario, la renovación de la dirección del PSOE.
De los barones, sólo el asturiano Javier Fernández defendió personalmente su postura delante de Pedro Sánchez, un gesto que sorprendió a muchos socialistas que dan por hecho que el presidente del Principado no es amigo de conspiraciones.
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A su llegada a Ferraz para participar en el Comité Federal, Miquel Iceta intentó rebajar el dramatismo de la crisis socialista: "En el PSOE no hay luchas intestinas, hay un debate sano".
A esa misma hora, sus homólogos de Andalucía, Castilla La Mancha y Comunidad Valenciana despachaban con un escueto "cuando toca" la pregunta de los periodistas sobre la fecha del congreso ordinario, que equivalía a preguntar si hay tregua para Pedro Sánchez mientras esté abierta la gobernabilidad de España (eso es lo que propone Ferraz) o tiene que activarse ya la maquinaria para la renovación de la dirección federal y, por tanto, poner sobre la mesa el relevo del secretario general.
Se cuidó mucho la andaluza Susana Díaz de dar un paso en falso en un Comité Federal en el que muchas miradas se dirigían a ella. Estaba allí, eso dijo, para hablar de los pactos porque lo que está en juego es España.
La líder andaluza llegó rodeada del núcleo duro de su partido y su Gobierno en Andalucía en una cita a la que no faltó casi nadie, por lo que pudiera pasar, y en el que los críticos, entre ellos nombres como Eduardo Madina o Elena Valenciano, estaban poniendo fecha de caducidad a Pedro Sánchez, solo 18 meses después de llegar al cargo.
Del lado del secretario general se posicionaron Madrid, Galicia, Navarra, Castilla y Leon o Baleares, federaciones que, según Ferraz, son mayoría pero que tienen menos poderío orgánico que las que plantan cara a Sánchez en su decisión de retrasar el 39 Congreso.
A medio camino se quedó el extremeño Guillermo Fernández Vara (él no votó a Sánchez cuando fue elegido, le dio su confianza tras su elección y se distanció de Sánchez a cuenta del fichaje de Irene Lozano). Admitió que tiene dudas sobre la oportunidad de celebrar el congreso en los plazos ordinarios (cuatro años después del último, que fue en febrero de 2012) o esperar a ver cómo se resuelve el proceso de composición de las cámaras y la investidura, si la hay, del futuro presidente del Gobierno.
Eso es lo que defendió Pedro Sánchez al cierre de la tensa y larga reunión del lunes, cuando argumentó que quien no apoya ese planteamiento está anteponiendo los intereses del partido a los de España.
La frase levantó ampollas entre los críticos, que confían en sus fuerzas y dan por hecho que la Ejecutiva federal activará el proceso interno para convocar la semana que viene un Comité Federal que, a su vez, convoque para, 60 días después (sería a principios de marzo) el 39 Congreso ordinario. Si Ferraz no da ese paso, la amenaza de esas federaciones es la recogida de firmas para, con un tercio del Comité Federal, provocar la convocatoria.
Desde la Dirección Federal avisan de que pondrán en marcha el mecanismo cuando lo crean "conveniente" y recuerdan, quizá con intención de dividir a los críticos, que la celebración del cónclave supone abrir en canal todo el partido, celebrar también los congresos regionales, con el consiguiente riesgo para federaciones que también tienen fisuras internas. Este lunes, por ejemplo, ya se evidenciaron en las intervenciones del Comité Federal las diferencias entre los socialistas valencianos.
En el equipo de Pedro Sánchez confían en su fortaleza entre las bases. Aseguran que a él lo eligieron los militantes en primarias y que quien quiera aspirar a la secretaría general deberá pasar por ese proceso y pelear con él.
Los estatutos del PSOE, recuerdan en Ferraz, obligan a que el máximo responsable sea elegido por primarias cerradas entre los militantes y que para la nominación del candidato a la Presidencia del Gobierno se active un proceso de primarias abierto a la ciudadanía.