Colombia pone en libertad a 17 guerrilleros de las FARC
Supone un gesto unilateral para acrecentar la confianza en los diálogos de paz
Bogotá
El gobierno colombiano ha indultado a 30 presos que pertenecían a las FARC, 17 de ellos han podido salir de prisión este martes. De la cárcel La Picota salieron diez hombres, en tanto que de la del Buen Pastor, ambas ubicadas en Bogotá, hicieron lo mismo siete mujeres que purgaban penas por delitos como rebelión y porte ilegal de armas.
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Según Caracol Radio, en medio del secretismo dejaron la cárcel de La Picota Jeison Orlando Moreno Herrera, Jhon Kenedy Ospina Parra, Alexander Ramírez Cardozo y Reynaldo Bustos Castro. También Gabriel Valderrama Cuevas, Aristides Luna Poloche, Elky Javier Caballero Rodríguez, Wilson Antonio López Tamayo, Mauricio Suárez y Carlos Antonio Ochoa Orjuela, este último uno de los jefes de seguridad de Henry Castellanos, alias "Romaña", uno de los delegados de las FARC en los diálogos de paz de La Habana De la cárcel de mujeres El Buen Pastor salieron Maritza Yurany Rueda Payanene, Yenny Paola Quitian Villada, Marleny Ropero García, Bibiana Alexandra Romero Garzón, Leydy Johana Granados, Sandra Patricia Isaza Rincón y Gloria Álvarez Mestizo.
Pese a que la liberación de los guerrilleros era esperada desde hace días, el caso se ha mantenido con absoluto sigilo por parte de las autoridades y hasta el momento ninguna fuente oficial ha confirmado la salida de las cárceles. A comienzos de semana el ministro colombiano de Justicia, Yesid Reyes, había señalado que los guerrilleros indultados saldrían de prisión en los próximos días.
La puesta en libertad de los guerrilleros se había convertido en un elemento de tensión en la mesa de diálogos de La Habana, donde el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) negocian desde hace más de tres años el fin del conflicto armado.
A través de la red social Twitter, las FARC dejaron ver su disgusto porque no se habían producido las excarcelaciones, ante lo cual el Gobierno por medio de su jefe negociador en Cuba, Humberto de la Calle, negó cualquier "mala voluntad" y explicó que estos procesos debe cumplir unos trámites legales.