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INMIGRACIÓN EN MELILLA

El Gobierno envía al CETI a un joven con “alta discapacidad” tras caer de la valla

-Tras la denuncia de la SER, Asuntos Sociales anuncia que tramitan el traslado del joven del Centro de estancia temporal de Inmigrantes a un centro adecuado en la Península

- A pesar de las graves secuelas neuronales, que han convertido a Mamadú en dependiente, la administración le trasladó al CETI tras dos meses hospitalizado

- Ha pasado las dos primeras noches en la enfermería del Centro de estancia temporal de Inmigrantes aunque “debería estar ya en un centro de daño cerebral para intentar su rehabilitación”, según un neurólogo

Mohamadú Diarra, en un momento del traslado / José Palazón/PRODEIN

Madrid

Mohamadú Diarra cumplió su sueño de llegar a Europa pero quizás nunca llegue a ser consciente de ello. Desde que se rompió el cráneo al caer desde lo alto de la valla de Melilla el pasado 21 de noviembre las secuelas neuronales son tan graves que ni habla bien, ni tiene memoria y necesita ayuda de una tercera persona para prácticamente todas las actividades básicas de la vida diaria, desde comer a vestirse.

Trepó la verja de la frontera española con 20 años pensando en emprender una nueva vida después de salir de Bamako, su ciudad natal, la capital de Mali pero acabó precipitándose desde los 6 metros de altura, el punto más alto de la valla. El traumatismo craneoencefálico fue tan grave que inmediatamente fue conducido al Hospital de Melilla donde ingresó en la UCI y donde estuvo durante 14 días,” los médicos temían lo peor al inicio pero se ha ido recuperando en parte aunque parece que las secuelas neuronales son irreversibles”, asegura José Palazón, de la ONG PRODEIN, una de las más activas y conocidas de Melilla en defensa de los derechos de los migrantes, y que reclama al Gobierno que trasladen a Mohamadú a un centro adecuado donde reciba la atención permanente que requiere según los informes médicos que le entregaron cuando le dieron el alta este miércoles tras dos meses hospitalizado.

El pasado 1 de enero cumplió 21 años pero tampoco es consciente de ello. 14 días en la UCI, mes y medio en planta y desde este miércoles en el CETI de Melilla. 2 meses después del fatal accidente y a pesar de las graves secuelas físicas y neuronales que se describen en los informes médicos las autoridades españolas han decidido trasladarlo al CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla y no a un centro de atención para pacientes con daño cerebral o a un centro de atención sociosanitaria en el que podrían darle los cuidados y vigilancia que necesita para su vida diaria.

'No se puede sacar del hospital a una persona totalmente incapacitada sin saber a dónde llevarla'

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Mohamadú será trasladado "a la mayor brevedad"

Tras esta denuncia de la SER, fuentes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social han asegurado que "se está tramitando el traslado de esta persona a un recurso de acogida de la Península donde se le pueda atender adecuadamente". Estas mismas fuentes señalan que hay que cumplir los trámites de identificación que tiene que hacer la Policía para el traslado pero "se hará a la mayor brevedad".

Según denuncia PRODEIN Mohamadou no puede valerse por sí mismo y en los informes médicos se describe que padece una “disminución para llevar a cabo una vida autónoma, necesita ayuda de una tercera persona para prácticamente todas las actividades básicas de la vida diaria, no puede comunicarse ni manejar información sobre lo que le rodea, ni usar el teléfono ni relaciones sociales” o que “tiene dificultades para el cuidado de su aspecto físico y su vestimenta “.

“El CETI no es un lugar adecuado, el horario del servicio médico no es de 24 horas, sólo por la mañana hay médico y por la tarde una enfermera, y de noche no hay nadie, entonces ¿quién le da la atención permanente que necesita este chico?”, se pregunta una abogada que conoce las instalaciones del CETI y que considera “ que no es un lugar ni mucho menos aceptable para personas enfermas o con secuelas de este tipo que lo incapacitan para valerse por sí mismo” denuncia.

Debe ser trasladado a un centro de daño cerebral”

“Está es una situación de alta discapacidad. Habría que esperar entre 6 meses y 1 año para ver cómo reacciona, tiene un daño cerebral difuso, con hematomas y hemorragias, es imposible saber si va a mejorar o va a quedar en este punto de desconexión con el mundo, podría mejorar pero es una incógnita. Es posible que se recupere en parte en cuanto a sus redes neuronales pero nunca va a quedar como antes “advierte un reputado neurólogo consultado por la SER.

“Lo más importante en estos casos es la rehabilitación, habría que llevarle a un centro de daño cerebral donde se le ayude a recuperar todo lo que se pueda su daño cerebral, tipo CEADAC (centro de referencia estatal de atención a pacientes con daño cerebral) o el de La Baeta, los dos en Madrid , y ahí recibiría la atención que necesitan para mejorar la comunicación intercerebral que han perdido ” reclama este profesional que no acaba de entender como a este joven de sólo 21 años y con más posibilidades de emprender una rehabilitación se le deriva al CETI, “lo que desde luego no es adecuado es aparcarle en la enfermería de un centro de inmigrantes, ahí no va a mejorar” denuncia este experto.

Según Palazón, “aunque ha evolucionado de manera considerable a pesar del complicado diagnóstico inicial todavía no se vale por sí mismo y es posible que nunca pueda volver a hacerlo. Los médicos creían que no iba a recuperar ni el habla ni el movimiento pero anda y habla aunque nada de lo que dice tiene sentido, además habla ahora sólo Bámbara y alguna palabra en francés, lo que repite constantemente es que su padre ha muerto, y frases sin sentido” dice el presidente de PRODEIN sobre el joven de Bamako.

A esto se añade la situación administrativa de este maliense. Al carecer de documentación en regla “se complica el traslado a la península pero depende exclusivamente de una decisión política o administrativa que esto se haga, es increíble que personas en este estado tan delicado humanitariamente estén dentro del CETI y no en el lugar donde le den los cuidados que necesita “ denuncia Palazón.

PRODEIN ha presentado una queja al Defensor del Pueblo pidiendo un traslado humanitario de este joven a un centro adecuado para seguir con su recuperación.

El Defensor del Pueblo ha recomendado reiteradamente este tipo de traslados humanitarios a centros adecuados

Hace sólo 3 meses, el 9 de octubre, el Defensor del Pueblo hizo una recomendación al Ministerio de Empleo y seguridad social pidiendo el traslado a la península de las personas con discapacidades físicas severas que estaban en ese centro de Melilla. Tras la visita realizada por una delegación del Defensor del Pueblo al CETI de Melilla en el mes de septiembre , la institución ya alertó de la situación por escrito al Ministerio “se ha comprobado que en el centro residen personas con discapacidades físicas severas a los que resulta imposible atender de forma especializada debido a la saturación del centro” por lo que el Defensor del Pueblo pedía al Gobierno “trasladar a la península de manera urgente, en colaboración con entidades especializadas en la acogida humanitaria, a todas aquellas familias con menores de edad, así como a aquellas personas con discapacidad física” se lee en la recomendación a la que el Ministerio ni siquiera ha contestado como consta en la propia web del Defensor Del Pueblo donde a esta recomendación el mensaje se le pone “respuesta de la administración: pendiente” .

“Es perfectamente viable que se haga un traslado humanitario, qué necesidad de tenerle en un sitio que no es adecuado, que no tiene medios para atenderlo”, explican a la SER fuentes de la administración del Estado que han trabajado en otro tipo de traslados humanitarios.

Manar y Samuel, otros casos polémicos

Quizás el caso más sonado de personas que requerían un traslado humanitario tras haber entrado a España por Melilla fue el de Manar, la refugiada siria que llegó la ciudad autónoma aun con heridas y quemaduras como consecuencia de un bombardeo sobre su casa de Homs. Manar entró por el puesto fronterizo de Beni Enzar a finales de 2013 junto a otros 13 miembros de la familia y las autoridades españolas no permitieron su traslado a la península hasta que su caso fue denunciado en los medios de comunicación también por la ONG PRODEIN.

Samuel, es un camerunés que perdió el ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada desde una escopeta de un agente de la Guardia Civil en Ceuta el 5 de diciembre de 2013. Se le abrió orden de expulsión, y gracias a su abogado, Santiago Yerga y a la ayuda del religioso Gabriel Delgado en Cádiz, que decidieron presentar una queja al Defensor del Pueblo y una denuncia penal, posteriormente archivada, lograron que le cancelaran la orden de expulsión y consiguieron que se le diera residencia legal en España. “En este caso dada la gravedad, mandíbula fracturada por 3 partes y pérdida del ojo lo trasladaron al hospital de Cádiz, tuvo la suerte de ser trasladado a Cádiz y al menos recibió la atención médica que necesitaba pero la administración quería expulsarle y de momento no se hace responsable de los daños que le ha causado la acción del Guardia Civil” recuerda Yerga.

Los traslados humanitarios o por motivos médicos deberían estar reglados y no dejarles al arbitrio de la autoridad de turno, encima que a Mahamadou ya se le ha complicado la vida para siempre, la administración no puede desentenderse de una posible recuperación, aunque sea parcial”, denuncia una experta jurídica en materia de asilo y extranjería.

 
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