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Un bar marroquí prohibía sentarse a las mujeres "para evitar la tentación"

Las autoridades han cerrado el local y han detenido al propietario, que ni tan siquiera tenía el permiso para sacar taburetes a la calle porque estaba dado de alta como un quiosco de aceitunas

"Para evitar toda situación incómoda, las sillas están únicamente reservadas a los hombres y no a las mujeres", se lee en un cartel de un bar de Marruecos / CADENA SER

Rabat

"Para evitar toda situación incómoda, las sillas están únicamente reservadas a los hombres y no a las mujeres", rezaba en un cartel colgado en la puerta de un bar de bocadillos en Hay Salam, un barrio de Salé, población aledaña a Rabat.

Soufyane Fares iba con prisa el 6 de enero a su trabajo así que decidió pararse con un amigo en un puesto de comida rápida de su barrio para comprar unos bocadillos, cuando de repente vio el cartel que excluía a las mujeres. "Cuando leí eso me quedé paralizado, le pedí al dueño que me explicase por qué había puesto ese letrero, él me respondió agresivamente: Está claro, no tengo nada que explicarte", relató a la SER en una entrevista.

Fares trabaja en un ONG alemana en Rabat y es conocido por intervenir en las manifestaciones de defensa de las libertades individuales en Marruecos. Cuando le pidió que quitara el letrero, el dueño insistió que "solo era para evitar la tentación". El defensor de derechos humanos lo describe como "un barbudo", es decir un religioso con una barba larga y atuendo de salafista.

La discusión duró 20 minutos, uno siguió insistiendo para que descolgara el póster y el otro se negó a servirle. Me decía que "las mujeres con los hombres fuera van a hacer cosas que no están bien vistas por la religión, no sé si las parejas que vienen aquí están casadas o no, o si tienen una relación seria y piensan en casarse", narró el cliente.

Fares grabó la conversación en un vídeo y la colgó en las redes sociales. Al ser un activista conocido en Marruecos, rápidamente la prensa local se hizo eco del suceso y las autoridades se presentaron en el bar para hablar con el propietario. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que el religioso recto no disponía de licencia para su local. Lo tenía dado de alta como un quiosco de aceitunas. La policía detuvo al titular y clausuró el bar.

"Estaba violando la ley y la Constitución, que garantiza la igualdad entre sexos", denunció Fares a pesar de ser crítico con la legislación marroquí. Con la reforma constitucional de 2011, Marruecos proclamó la igualdad ente hombres y mujeres y varios artículos (19, 34, 115 y 146) inciden en esta cuestión. Ambos géneros son titulares del derecho e igualdad en materia de derechos humanos, así como de las libertades de orden civil, político, económico, social, y cultural; además la igualdad de género está ahora en manos del Consejo Superior del Poder Judicial. Sin embargo, en la práctica todavía hay ciudadanos que se arman de autoridad religiosa o civil para discriminar a las mujeres no solo en su vida privada sino también en el espacio público.

 
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