Las prácticas corruptas del Instituto Nóos, al descubierto

Palma de Mallorca

Jaume Matas, expresidente de Baleares y antiguo ministro del Gobierno de Aznar, ha centrado toda la atención de la primera semana del juicio del Caso Nóos. Sus cuatro subordinados siguieron el guion previsto después de pactar con la Fiscalía Anticorrupción y le responsabilizaron de los contratos investigados. 2,6 millones de euros adjudicados al ‘conseguidor’ y ‘comisionista’, Iñaki Urdnagarin, al margen de la ley y sin control alguno del gasto para llevar la oficina de comunicación del equipo Banesto y organizar dos cumbres de turismo y deporte en la isla. Y Jaume Matas también siguió un guion. El suyo.

El expresidente de Baleares admitió su culpa por haber ordenado suscribir los contratos. Incluso admitió ser el culpable del procedimiento ilegal que se siguió, aunque aseguró desconocerlo. Lo que no hizo fue admitir la malversación de caudales públicos. Según Matas, era su exdirector de deportes, José Luis Ballester, el arrepentido, el que tenía exclusividad en las relaciones con el cuñado del rey y era muy celoso, dijo, de esas relaciones. Le cargó el mochuelo de la malversación. Sea como fuere, todos coinciden en que los acuerdos se ejecutaron al margen de la ley porque el contratado era quien era y Baleares siempre tiene que quedar bien con la familia real.

Reparto de beneficios

La siguiente pregunta que había que responder era la de qué se hizo con todo ese dinero que se recibió y que no se controló. Así que el tribunal llamó al estrado al exgerente del Instituto Nóos para que lo explicara. Marco Antonio Tejeiro dijo que todo lo que no se invertía en los proyectos contratados se repartía a partes iguales entre Iñaki Urdangarin y Diego Torres que lo canalizaban a través de sus empresas. Para ello confeccionaba facturas falsas para justificar los gastos, "por si colaban" ante la administración pública por orden de sus jefes. Y en el caso de Diego Torres, además dijo, se enviaba una parte del dinero a paraísos fiscales. Tejeiro también habló de los trabajadores ficticios contratados por la empresa del matrimonio Urdangarin - Cristina de Borbón para obtener beneficios fiscales e incluyó en esa lista a sus empleados de hogar. El palacete de Pedralbes en el que residieron y que fue el motivo que les llevó a buscar dinero a cualquier precio para pagar la hipoteca.

Los cargos públicos de Baleares han confesado sus tropelías ante el tribunal y esta semana será el turno de sus colegas de Valencia. Veremos cómo intentan convencer al tribunal de lo contrario sin un Jaume Matas en el banquillo al que echarle la culpa porque, recordemos, el Tribunal de Justicia de Valencia se negó a encausar a Rita Barberá y a Francisco Camps por los contratos de Iñaki Urdangarin.