La fiscalía pide para Diego Torres 16 años y medio de cárcelpor vaciar junto a su exsocio, Iñaki Urdangarin, alrededor de cinco millones de euros públicos que recibió el Instituto Nóos de los gobiernos de Baleares y Valencia y del Ayuntamiento de Madrid. El acusado se ha parapetado, tal y como hizo en fase de instrucción, en la Casa Real para justificar que «no podía pensar que algo no estuviera bien». Según su versión todas las actividades del Instituto Nóos y de los miembros de su junta directiva pasaban un doble filtro. El asesor fiscal que tenían, Miguel Tejeiro, «se reunía periódicamente con el Conde de Fontao, abogado del Jefe del Estado, para rendir cuenta de todo lo que se hacía y, además, se reunía una vez al año con un alto funcionario de Hacienda que revisaba las declaraciones de impuestos con lo que decir que la infanta Cristina era un escudo fiscal es absolutamente falso». José Manuel Romero, conde de Fontao, era el abogado del entonces rey Juan Carlos I. Diego Torres ha atribuido la creación de la maraña de empresas que, según la investigación sirvió para vaciar la caja del Instituto Nóos, en Miguel Tejeiro. Ha explicado que «tenía mi absoluta confianza y por eso firmaba todo lo que me ponía por delante». Empresas en nuestro país pero también otras radicadas en Luxemburgo, Reino Unido y Belice que giraron facturas al Instituto Nóos por servicios que el fiscal sostiene que no se prestaron. Tejeiro se ha librado del banquillo después de que Manos Limpias retirara la acusación contra él en el último momento. Torres también ha subrayado que Corinna, amiga del rey Juan Carlos I, les propuso «crear una estructura societaria especial en Londres para canalizar unos pagos» y que lo hizo mediante un correo electrónico que envió con copia al rey emérito pero que el Instituto Nóos se negó. Las constantes evasivas del exsocio de Iñaki Urdangarin a las preguntas sobre la estructura societaria opaca han desaparecido cuando el fiscal, Pedro Horrach, ha empezado a preguntarle sobre los contratos adjudicados al Instituto Nóos por parte de los gobiernos de Baleares y Valencia. Diego Torres ha defendido la legalidad de los acuerdos, la realidad de los trabajos y la transparencia de las facturas en un interrogatorio tenso que ha llevado a la presidenta del tribunal a llamar la atención a fiscal y acusado en varias ocasiones y que ha llegado a sacar de sus casillas a Horrach. Eso sí, Torres se ha cuidado mucho de situarse en un segundo plano en materia de negociación y toma de decisiones. Según su declaración, el proyecto de Juegos Europeos en Valencia lo «impulsó» el empresario, Miguel Zorío, y lo «supervisó» Iñaki Urdangarin. Un proyecto que interesaba mucho, ha dicho, al entonces conseller, Esteban González Pons. En cuanto al patrocinio del equipo ciclista de Banesto en Baleares y la oficina de comunicación tuvo como «máximo responsable» a Juan Pablo Molinero. Torres ha reconocido facturas cruzadas entre sus empresas y las de Urdangarin pero todas, ha dicho, por servicios reales prestados y ha criticado con dureza el testimonio de Marco Antonio Tejeiro, exgerente del Instituto Nóos que le acusó de ordenarle que falsificara facturas. «El 95% de lo que ha declarado es ciencia ficción», ha aseverado al tribunal. Según la agencia tributaria ese cruce de facturas entre les empresas superó los ocho millones de euros.