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ENTREVISTA

Antonio de la Torre: “La revolución es hacer entender a nuestros hijos que no serán más felices por tener más dinero”

Entrevista con el actor Antonio de la Torre, que participa en 'El infiltrado', nueva serie de AMC

El periodista y actor Antonio de la Torre / AMC

Madrid

Hugh Laurie, Tom Hiddleston, Olivia Colman, David Harewood, Elizabeth Debicki y así un rosario de nombres extranjeros más. Unos más iluminados por la luz de Hollywood y otros menos, pero todo se ajusta a lo que se espera del reparto de una coproducción para televisión entre AMC, BBC One y The Ink Factory.

Lo que sorprende, para bien, es que hasta cuatro actores españoles se cuelen en ese listado, entre ellos, Antonio de la Torre y Marta Torné, que han sido los utilizados por AMC España para presentar la serie en nuestro país. Sus personajes no es que tengan una gran presencia en el discurrir de la trama, pero 'El infiltrado' ('The Night Manager', título original) es una de las novedades más ambiciosas de AMC para la primera parte de este 2016.

'El infiltrado' es una miniserie de ocho capítulos que se basa en la novela homónima de John LeCarré; se podría considerar como su adaptación televisiva. De la Torre y Torné, en la presentación de la miniserie ante los medios (estreno miércoles 24 a las 22:10 en AMC España), no podían evitar referirse a ella como si de una película de ocho horas se tratase.

Ciertamente, los dos actores españoles se mostraron asombrados por el nivel de producción del que hace gala un proyecto de estas características: rodaje en varios países y durante varios meses, estrellas como Hugh Laurie, marcas icónicas de la ficción en televisión como AMC o BBC…

Todo muy hollywoodiense si no fuera porque, tras ver el primer capítulo y parte del segundo, uno no puede evitar pensar que a la propuesta de 'El infiltrado' se le pueden poner todas las pegas -o más- que a cualquier serie española medianamente decente.

Antonio de la Torre junto a Marta Torné en una de las escenas de 'El infiltrado'

Antonio de la Torre junto a Marta Torné en una de las escenas de 'El infiltrado' / AMC

Por descontado queda que 'El infiltrado' presume de una factura admirable, cinematográfica y solo al alcance de la industria televisiva americana. Pero esta miniserie no deja de ser algo así como una peli de 007 en la etapa de Pierce Brosnan. El James Bond de 'El infiltrado' no es, estrictamente, un agente secreto, sino un exmilitar británico (por físico sería más parecido al Bond de Daniel Craig) que trabaja como director de noche en lujosísimos hoteles de medio mundo.

A partir de ahí: el malo malísimo, la conspiración político-empresarial, la mujer malparada con la que mantiene una breve y apasionada historia de amor, acción, planos muy vistosos, disparos… Todo lo que se le puede pedir a una película de espías y que no convierte necesariamente a 'El infiltrado' en una buena serie. Se deja ver, entretiene y, por momentos, la trama atrapa. A los amantes del género, les gustará.

No es, por tanto, el mejor proyecto en el que se haya embarcado un actor como Antonio de la Torre al que, sin duda, sí que le abrirá muchas puertas su participación en 'El infiltrado' y es del todo lógico que le ilusione. Enfrascado en un sinfín de propuestas de cine, este actor malagueño de 48 años tiene ahora encima de la mesa otro proyecto de miniserie, 'Perdóname', en Telecinco. Una ficción protagonizada por Paz Vega y Leonardo Sbaraglia que se adentra en el contrabando de drogas en la zona de Cádiz y Marruecos. La miniserie comienza a rodarse en marzo y De La Torre confirma en esta entrevista que anda "en conversaciones" con la cadena. A tan pocos días, raro sería que el malagueño no formara parte del proyecto.

¿El papel de la mujer en esta serie no es un poco el de ser un producto, una mercancía a la sombra del hombre? La mayoría de personajes femeninos son esposas de, amantes de, empleadas de… hombres.

Me da que pensar [reflexiona]. Hombre, la que mueve los hilos de 'El infiltrado' y la que busca e intenta desenmascarar al personaje maligno de Richard Roper [Hugh Laurie] es una mujer: Angela Burr, [interpretada por Olivia Colman]. Pero sí es cierto que en el personaje de Mercedes o Jed…

Bueno, yo imagino que el cine es un reflejo de los tiempos. En el tema de la mujer en el cine siempre pongo un ejemplo: 'Balada triste de trompeta'. Cuando la rodé, yo tenía 42 años. Carolina Bang, que hacía de mi pareja, tenía 25. Estoy seguro de que casi nadie se preguntó qué hacía yo con ella. Si fuera al revés, tendría que haberse explicado.

Y luego hay otros datos que… Creo que el 8-10% de las películas son dirigidas por mujeres… La presencia de la mujer en la ficción tiene que ver con la presencia de la mujer en la vida; este tema ocurre no solo en España, en general.

En declaraciones en el corrillo con varios medios, te has autodenominado varias veces como un "cateto". ¿Alguna vez te habías imaginado tú esto de rodar una coproducción internacional para un estudio como AMC?

Nunca. ¿Que yo estuviera aquí contigo presentando una serie internacional? ¿que yo haya rodado un papel en inglés? Jamás.

Siempre cuento esta anécdota. Cuando me dieron el Goya por 'Azul oscuro casi negro', al nominarme me dieron un diploma. Pensando que no solo no me iba a llevar el Goya, sino que vete tú a saber cuándo estaría nominado de nuevo, me hice fotos con familiares y amigos con ese diploma, para tener un recuerdo. Pues gané el Goya y he estado nominado 7 veces más [dice sorprendido].

¿Pero tú querías ser actor desde siempre?

De niño, en 7º de EGB, vino un profesor e hizo una especie de escuela de teatro a la que me apunté. Nos dio un texto que era 'La historia de Pituchín y Pituchina'. Había una niña de clase que me gustaba; de repente, me di cuenta de que, con eso de actuar, yo me atrevía a hacer cosas que no las hacía en la vida. Lo cogí con muchas ganas.

Me fui luego a una compañía de teatro que tenían, Grupo Arlequín, y estuve un tiempo. Pero eran las cosas que haces de niño. Luego, no sé por qué… lo dejé.

Actuando siendo un adolescente… y acabas de periodista…

Como yo tenía esa cosa de contar historias, me dio por el periodismo y me vine a Madrid a estudiar. Ahí conocí a Alberto San Juan y, cuando durante la Expo estuvimos viendo juntos en Sevilla, me dijo que se volvía a Madrid y se iba a apuntar a una escuela de interpretación. Yo lo intenté con él y ahí empezó mi carrera de actor.

Pero fíjate. Cuando estuve rodando 'Caníbal' en el 2013, un día me encuentro en un bar de Granada a Antonio Galeote, un colega mío de la infancia. Nos abrazamos, nos saludamos… Y, de repente, me dice: "¿Tú te acuerdas de Don Antonio? ¿Sabes que cuando tú te fuiste me dijo: qué pena que se haya ido, porque se niño tiene madera de actor'?". Don Antonio era el director de esa compañía de teatro infantil. Se me puso la carne de gallina. Te lo juro, tío.

Me hace ilusión pensar que este hombre siga vivo, para que diga: "¡ves! yo tenía razón"

¿De periodista crees que ese niño también tenía madera?

Yo qué sé [sonríe]. Ahora mismo, vivo de ser actor. Yo he vivido de ser periodista. Aún ahora, soy redactor en excedencia de Canal Sur, hasta el 2017.

¿Cómo ves tú lo de las televisiones autonómicas?

En general, unas más y otras menos, la televisión pública en España se ha utilizado de una manera partidista. Con casos más sangrantes y más vergonzantes -como Canal9 o Telemadrid- y otros más sutiles; pero, en general, no se ha conseguido en España un modelo de televisión pública libre e independiente como en Inglaterra con la BBC. Yo creo que es un problema de la sociedad.

Eso te iba a decir, ¿quién tiene culpa de esto? ¿Es la clase política o es la sociedad que, cuando las cosas van bien y cuando escucha el discurso que quiere oír no le pone pegas a nada?

Todo se retroalimenta. La única revolución que consigue quedarse es la de la educación, la de los valores. El padre de Alberto San Juan, Máximo San Juan, que era un dibujante de El País y murió hace poco, para mí era como un padre también. Un día le dijo a Alberto una cosa maravillosa: "si crees que un mundo mejor es posible, no esperes a que llegue: espera a actuar como si ya existiera". Yo creo que esa es la única revolución posible, cuando uno comienza a vivir conforme piensa.

La única revolución es la educación: hacerles entender a nuestros hijos que no van a ser más felices por tener más dinero, por robar más… cambiar los valores.

Si no me equivoco, te han propuesto un proyecto para la miniserie de Telecinco 'Perdóname', con Paz Vega…

¡¿Qué dices?! [Mira a su representante y sonríe]

¿Qué hay de eso?

Pues… estamos en conversaciones… "we are in conversation", que se dice en inglés. Estamos en conversaciones. [Vuelve a mirar a su representante que asiente, satisfecho con la respuesta]

Para terminar, otra de periodismo. ¿Crees que las cúpulas de algunos medios grandes frenan, en ocasiones, las preguntas que los redactores de esos medios sí están dispuestos a hacer?

Absolutamente. Una cosa son los periodistas y otra los medios de comunicación. Los periodistas hacen lo que pueden dentro de este sistema. Existe también la autocensura, un mecanismo muy sutil, que es cuando el poder ya está asentado.

 
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