El momento más incómodo de Raúl Castro
Un periodista estadounidense fuerza al presidente cubano, Raúl Castro, a pronunciarse sobre los presos políticos en Cuba
Nueva York
¿Por qué tiene presos políticos y no los libera? En español, el periodista cubano-americano de la CNN, Jim Acosta, hizo la pregunta más esperada al presidente cubano Raúl Castro.
“Es la única que te voy a permitir. Dame la lista ahora mismo de presos políticos, para soltarlos. O dámela después de la conferencia de prensa y antes de que llegue la noche están sueltos", respondió Castro con el tono del que está acostumbrado a dar órdenes a la prensa y a tomar decisiones sobre el destino de los ciudadanos de un país, sin necesidad de consultas o controles.
El presidente de Cuba se resistió a que en la declaración con Obama se admitieran preguntas. La Casa Blanca insistió y lo logró. Pronto quedó claro el porqué de la resistencia. La incomodidad y el enfado de Castro eran patentes.
Lo más extraordinario es que la rueda de prensa se transmitía en directo por la televisión estatal cubana. Era la primera vez que los cubanos podían ver a su presidente cuestionado por periodistas extranjeros no afines al gobierno de La Habana.
El contraste entre el lenguaje y la imagen de los dos líderes saltaba a la vista. Obama, cómodo y acostumbrado a las preguntas de la prensa, improvisaba en sus respuestas y se permitía bromear. Raúl Castro, tenso y hecho un lío con los auriculares por los que recibía la traducción, leía su declaración y titubeaba cuando le cuestionaban. Obama, un hombre joven y afroamericano, frente al presidente, blanco y en la tercera edad, de un país más mestizo.
Obama tuvo que llamar la atención a Castro para que atendiera, pues se encontraba hablando con algún asesor en voz alta mientras Obama respondía, lo que provocó risas generalizadas en la sala de prensa. Castro se justificó diciendo que no había escuchado bien.
Una segunda periodista estadounidense pidió la palabra e insistió en el tema de los derechos humanos. Obama, dentro de los límites de quien actúa como invitado, pasó la pelota a Castro. “Señor presidente (en español) creo que hay una pregunta sobre su visión. De usted depende si quiere contestar. Andrea (Mitchell, de la NBC) es una de las periodistas más estimadas en EEUU”.
“Dije que iba a contestar una y ya voy a contestar una y media”, respondió Castro alzando la voz. “Soy yo el que le voy a hacer una pregunta a usted”. Después de consultar con sus asesores cuántos derechos humanos hay, Castro se dirigió a la periodista. “¿Cuántos países del mundo cumplen los 61 derechos humanos, Andrea? Ninguno. Unos cumplen unos y otros otros. De esos Cuba cumple 47. No se puede politizar el tema de los derechos humanos. Si se persigue con esos fines vamos a seguir en los mismo”.
Fue la primera grieta en el férreo control que el gobierno cubano ha ejercido del viaje. Según la información de los enviados especiales a la isla, las fuerzas de seguridad cubanas han impedido a la población acercarse a Obama. Durante semanas, se les advirtió a los vecinos de las zonas por las que pasaría el presidente de EEUU para que no hicieran muestras excesivas de entusiasmo o críticas a su gobierno. Algunos comercios de La Habana vieja fueron obligados a cerrar.
Sin embargo, bastó media hora de una conferencia de prensa, para que Raúl Castro protagonizara una imagen insólita. Reconoció en público que Cuba “no cumple todos los derechos humanos”.
Grupos de derechos humanos y medios americanos pronto publicaron la lista de presos políticos que solicitó Castro. Son 47, según el recuento de la Cuban American National Foundation . Al terminar la conferencia de prensa, Castro intentó levantar la mano de Obama pero el presidente de EEUU no se dejó.