El Real Madrid se mete en un lío en Wolfsburgo

Madrid

Que si el Wolfsburgo va octavo en la Bundesliga, que si el Bayern le saca 34 puntos -casi tantos como tiene (38)-, que si Dante daba un 2% de posibilidades de pasar a su equipo, que si quiénes del Real Madrid estaban apercibidos y debían buscar la amarilla para no perderse las ‘semis’... Todo eran risas, todo ji ji ja ja, hasta que en el minuto 17 el Wolfsburgo hizo el primero de penalti y algo más de cinco minutos después marcó el segundo después de una caraja general de la zaga blanca. Y el Madrid se cortocircuitó. 

Hasta ese tanto de penalti el Madrid campó a sus anchas por territorio alemán. En el primer minuto se le anuló un gol por fuera de juego a Cristiano. Poco después Bale pidió penalti y cuando se cumplía el primer cuarto de hora Benzema, cojo por un duro golpe de Naldo en el minuto 10, rompió a Dante y su disparo lo detuvo Benaglio.

Entonces Casemiro derribó a Schürrle dentro del área. Muchos dudaron si era o no penalti. El árbitro no, que lo pitó sin tan siquiera pestañear. El encargado de tirarlo fue Ricardo Rodríguez, que no falló.

Entonces el Madrid se empezó a desorientar y las risas del inicio se volvieron en miradas de incredulidad. Y la defensa, en bloque, empezó a dudar -especialmente señalado quedó Danilo, al que Draxler hizo un traje-. Y así, en una jugada de errores encadenados, de Marcelo y de Ramos, el Wolfsburgo hizo el segundo. Lo marcó Arnold. Y de las risas del inicio se pasó al desconcierto.

Para colmo de males Benzema, que cojeaba desde el 10, se tiró al césped con la rodilla hinchada, y pidió el cambio a falta de cinco minutos para el descanso. Zidane escogió a Jesé para ocupar el sitio del francés. Sin ningún cambio de dibujo, el canario hizo de 9.

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Nada mejoró. Poco fútbol y menos actitud tuvo el Madrid en el coqueto Volkswagen-Arena. Ni supieron qué hacer con la pelota que el Wolfsburgo con gusto les regaló, ni tiraron de ese orgullo de antaño para buscar un gol que le allanara el camino a una posible remontada en el Bernabéu el próximo martes.

El poco empuje del inicio del segundo acto no dio para mucho porque tampoco hubo opciones de gol claras. Tan sólo las incursiones de Bale por la izquierda inquietaron algo a los alemanes, que no querían despertar de ese sueño.

Zidane quitó a Modric -un cambio que no muchos entendieron por tratarse del cerebro del equipo- y dio entrada a Isco, que tampoco mejoró a los suyos. A falta de cinco minutos para el final el que entró fue James, que deambuló sin ton ni son por el campo sin tan siquiera tocar la bola.

Pero el desastre pudo ser mayor aún porque el Wolfsburgo, que ejecutó a la perfección su plan de robo de balón y contra rápida, pudo hacer algún gol más en el tramo final del partido. Dos clarísimas tuvo Schürrle y otra más el que entró por él, Kruse.

La pifió Casemiro y salió al rescate Ramos y después fue el sevillano el que salvó al brasileño. Un partido decepcionante y desastroso de todo el equipo, que tendrá que apelar, el próximo martes en el Bernabéu, a las famosas remontadas europeas para conseguir un billete para las semifinales de Champions.