Expertos alertan del abuso injustificado de escáneres en la sanidad privada
"Hay médicos que se sienten presionados por pacientes, que exigen este tipo de pruebas", según advierten expertos de la clínica Ruber. Hasta un 30% de las pruebas con radiación idonizante "no aportan información relevante y muchas podrían haberse evitado", según la Sociedad Española de Radiología Médica
Madrid
Para entender esta advertencia, lo mejor es comenzar con algunas equivalencias. Un escáner de cabeza equivale a 100 radiografías de tórax, uno de abdomen es similar a 500 radiografías, y uno de pecho equivale a 750, según la tabla de equivalencias de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
Con esos niveles de irradiación, cada escáner debe estar perfectamente justificado, de hecho lo dice la ley (en el Real Decreto 1976/1999). Pero no siempre es así. Varios estudios internacionales dicen que entre un 20 y 50% de esas pruebas son innecesarias (los propios autores advierten de que son datos orientativos). En el caso de España, esa situación es más propensa en la sanidad privada porque “los pacientes pagan y exigen esas pruebas”, según explican algunos expertos. Uno de ellos, es la Jefa de la Unidad de Radiodiagnóstico de la Clínica Ruber, Marina de La Fuente, que se pregunta: “¿Es necesario hacer tantas exploraciones?”, ella misma se responde, “pues no, nos están irradiando innecesariamente porque nos hacen exploraciones que no nos deberían de hacer”. Según ha explicado esta doctora a la Cadena SER, una de las explicaciones de este abuso innecesario es lo que se conoce como ‘medicina defensiva’, es decir, los pacientes se ven en el derecho de exigir este tipo de pruebas porque pagan un seguro privado, “el paciente va con miedo a tener cáncer y demanda una exploración que piensa que haciéndosela será preventiva. Con esa presión, los profesionales se ven obligados a hacérsela, para no tener problemas”, explica la doctora de la Fuente.
¿Cuál es el riesgo de estas pruebas?
En su informe sobre ‘Los riesgos asociados a las dosis de radiación utilizadas en las exploraciones practicadas en radiodiagnóstico’ de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) se admite que “hasta un 30% delas pruebas solicitadas no aportan información relevante y muchas podrían haberse evitado”. De ahí, que la SERAM asuma el reto “de difundir el conocimiento que evite la realización de pruebas innecesarias”. Por eso, han puesto en marcha el proyecto ‘No hacer’, un decálogo con recomendaciones para reducir el número de pruebas innecesarias. "Informar al público sobre el riesgo estimado que entrañan las pruebas de diagnóstico médico y los beneficios esperados”, esa información “puede evitar una de las fuentes de exploraciones no justificadas, que es la presión del paciente y sus familiares en el marco de la medicina defensiva”, según se explica en ese documento.
El abuso de pruebas, y la falta de formación de los profesionales también están entre las preocupaciones del Comité Internacional de Protección Radiológica (ICRP, en sus siglas en inglés), en su caso, su objetivo actual “es intensificar y mejorar la formación entre los profesionales, hay un déficit en la percepción de riesgo sobre estas pruebas”, según han explicado a la SER fuentes de la ICRP.
Nadie duda de que los escáneres o TAC (Tomografía Computarizada) salvan vidas, porque diagnostican enfermedades muy graves. Pero el abuso de este tipo de pruebas es un problema muy serio y grave. Lo es porque la radiación que genera esta prueba tan invasiva multiplica el riesgo de tener cáncer (más abajo explicaremos cómo y por qué). Por eso, España también tiene muy presente el criterio ALARA, es decir, ‘As Low As Reasonably Achievable’, que significa ofrece unos niveles de radiación “tan bajo como sea razonablemente posible”, un principio internacional que secunda la mayoría de los países de todo el mundo.
¿Qué es la radiación ionizante?
Primero comencemos por aclarar que la radiación ionizante nada tiene que ver con la que desprenden, por ejemplo, los teléfonos móviles o microondas (esa es radiación no ionizante). La radiación ionizante son los rayos X emitidos por sustancias radiactivas, que son lo suficientemente potentes como para romper los enlaces moleculares.
El nivel de irradiación que recibimos se mide en milisiverios (mSv), y es el que determina los umbrales de seguridad para el ser humano. Esos niveles de seguridad comenzaron a conocerse a raíz de los estudios realizados a los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, se comprobó que las dosis bajas de radiación pueden tener efectos carcinogénicos, “porque todos los efectos de la radiación ionizante son acumulativos”, según explica la doctora Marina de la Fuente, esa radiación “produce mutaciones en el ADN de la célula, y eso supone probabilidad de tener un cáncer radio-inducido”.
La Sociedad Española de Radiología Médica también recuerda que “existe una evidencia empírica en varios estudios epidemiológicos sobre grandes poblaciones que habían sido exploradas con técnicas radiológicas, especialmente con TAC, que demuestran la relación entre exploraciones radiológicas e incremento del riesgo de cáncer”. Pero también advierten de que “cualquier estimación del riesgo de inducción de cáncer debido a una exploración con radiaciones ionizantes debería aclarar que dichas estimaciones tienen una elevada incertidumbre asociada, lo que limitaría el alcance de sus conclusiones”, tal y como advierten en esta nota. "También hay que aclarar que cada tejido tiene un riesgo dieferente de probabilidad de tener un cáncer radio-inducido", según han aclarado de la ICRP.
- a los expertos también les preocupa la antigüedad de los equipos en españa
Desde hace tiempo, están en marcha varias campañas internacionales para frenar la irradiación innecesaria a los pacientes como 'Image Gently' (para disminuir la irradiación en niños), o 'EuroSafe' (campaña europea). Según la directiva europea de 2013, “se deben proponer requisitos más estrictos en cuanto a la información que debe proporcionarse a los pacientes, el registro y la notificación de las dosis”. De hecho, a partir de 2018, “cada paciente europeo deberá tener un carné donde quede reflejada la cantidad de irradiación que ha recibido a lo largo de sus vida”.
Javier Bañuelos
Redactor Jefe en la Cadena SER responsable de la información sobre Interior y Defensa. Antes trabajé...