Bruselas propone "compensaciones" disuasorias a quien no acoja refugiados

Bruselas

No es una multa, es el precio del canje. El coste de lo que asumirán los otros. Con estos argumentos, el equipo europeo justifica los 250.000 euros. Es el precio que le puede costar a un gobierno europeo desvincularse del mecanismo de reparto.

Precio por refugiado

La propuesta que este miércoles presenta Bruselas llega con el consenso de todo el equipo Juncker pero, para avanzar, requiere la luz verde de los gobiernos de la Unión que hace muy pocos días rechazaron la posibilidad de un reparto sistemático de refugiados.

La Comisión lo acepta aunque desea que el mecanismo excepcional creado en esta crisis pase a tener carácter permanente. Y fija un sistema "neutral" para activarlo: cada vez que un país supere su "tasa" nacional de capacidad de acogida de refugiados podrá apelar al resto.

Esta capacidad será una media fija entre su PIB y su población. Si las llegadas superan esta cifra en más del 50% el país afectado podrá activar el mecanismo de reparto solidario.

La cantidad de refugiados que puedan distribuirse a cada estado miembro en caso de emergencia tendrá también en cuenta si este país tiene ya refugiados de los campos de Turquía o de Líbano. A más "reinstalados" (que es el nombre con el que se definen a los refugiados que un gobierno va a buscar a los campos de Naciones Unidas), menor será la cantidad que ese mismo gobierno tendrá que aceptar en el reparto de situaciones de crisis.

La iniciativa pretende ser la base para modificar las normas actuales: Dublín, la directiva que responsabiliza a cada estado miembro de su frontera, pensada para devolver al país de llegada a todo el que entre en la Unión sin papeles, continuará en vigor y con ella la responsabilidad del país con frontera exterior. Pero en situaciones de crisis, el nuevo mecanismo excepcional podrá entrar en vigor. Y con él, el reparto.

Un debate que desde hace casi un año enfrenta abiertamente a los gobiernos del este contra Merkel y a muchos otros estados entre sí y que la Comisión desea resolver mientras Turquía retiene los grandes flujos de refugiados que llegaban a Europa. Aunque la duda está en saber si esos 250.000 millones de compensación voluntaria ayudaran a una negociación rápida o crisparán aún más la ya muy frágil unidad interior.