La prohibición de las esteladas desata una tormenta política en Cataluña
El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha decidido no ir a la final en señal de protesta
Ada Colau y Pablo Iglesias critican la decisión "autoritaria y ridícula" del Gobierno central
Madrid
El Gobierno ha prohibido a los asistentes a la final de la Copa del Rey que disputarán el domingo el Barcelona y el Sevilla en el Vicente Calderón de Madrid introducir banderas esteladas, una decisión que ha motivado la protesta de la Generalitat, cuyo presidente, Carles Puigdemont, ha anunciado que no irá al partido. El Ejecutivo ha decidido prohibir la exhibición de las banderas independentistas catalanas al entender que la ley del deporte prohíbe este tipo de símbolos, según han explicado fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid.
En concreto, la ley contra la violencia en el deporte prohíbe "la exhibición en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte organizados para acudir a los mismos de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o utilicen de alguna forma inciten, fomenten o ayuden a la realización de comportamientos violentos o terroristas, o constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo". La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ha argumentado que el fútbol no tiene "que convertirse en escenarios de confrontación política".
Pero la medida ha soliviantado a la Generalitat, hasta el punto de que Puigdemont ha anunciado que no asistirá a la final por una "grave vulneración del derecho de expresión de miles de catalanes". Ha recordado el presidente de la Generalitat que la estelada es "perfectamente legal y democrática" y es una bandera "sostenida en las manos de millones de catalanes" que ven en ella "un símbolo de libertad".
En una línea similar, el vicepresidente del Gobierno catalán, Oriol Junqueras, ha tildado de "incomprensible" la decisión de prohibir una bandera "plenamente democrática". Más allá ha ido el diputado de ERC Joan Tardá, quien se ha mostrado partidario de que el Barcelona no dispute el partido ante el ataque a la libertad de expresión de los catalanes. La decisión ha despertado dudas en juristas y sindicatos policiales, que cuestionan su encaje legal y ven además de difícil aplicación una medida que puede fomentar lo contrario de lo que se pretende.
A las críticas se han sumado Pablo Iglesias y Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona tampo asistirá al partido si se mantiene la prohibición y pide al ´Gobierno central que rectifique ante un "ataque a la libertad de expresión".
En la misma línea se ha expresado el líder de Podemos. Pablo Iglesias tacha de "ridícula y autoritaria" la decisión del Gobierno
La delegada del Gobierno ha explicado que los asistentes al campo tendrán que pasar por dos "exhaustivos" anillos de seguridad en los que serán cacheados por la policía para evitar la entrada de objetos prohibidos.