España pincha y se complica los cruces

Madrid

España se ha complicado la vida. Empezó bien ante Croacia, con el estilo que le ha hecho abrir la boca de asombro a toda Europa, pero acabó con el mayor de los castigos: una derrota que cambia totalmente su cuadro en la Eurocopa 2016. El camino se complica, empezando por los octavos de final, en los que habrá que jugar contra Italia.

Dado el buen juego desplegado ante la República Checa y Turquía, Del Bosque volvió a confiar en su once habitual en un encuentro en el que tampoco había demasiado margen de error si se quería pasar a octavos en el primer puesto del grupo. Enfrente estaba Croacia, un rival de más quilates que los anteriores pese a la ausencia del madridista Modric.

Y ante el equipo que, junto a España, mejor fútbol ha hecho en este torneo, los de Del Bosque se crecieron dirigidos en el campo por un David Silva que regaló media hora de magia. No tardó en iniciar su exhibición. En su segundo pase, los españoles abrieron el marcador.

El canario le metió un balón providencial a Cesc, que centró para el remate de Morata en boca de gol. Tercer gol en la Eurocopa para el delantero que iniciará la próxima temporada a las órdenes de Zinedine Zidane en el Real Madrid.

Nolito también recibió del mago, aunque su remate de primeras se fue por la línea de fondo. La actuación de Silva estaba ocultando la dificultad real del choque. Porque Croacia no iba a tardar en hacerse con el partido y tener sus ocasiones. De hecho, Rakitic no marcó de milagro en un disparo en el que, con De Gea adelantado, hizo que el balón pegara en el larguero, en un poste y botara en la línea de gol.

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La calidad de España se diluyó en el ecuador de la primera mitad. La Roja atacaba menos que en los partidos anteriores y dejaba ver más carencias atrás que en otras ocasiones. La descolocación que la defensa española se vio en el gol del empate de Croacia, en el que Kalinic se anticipó claramente a Sergio Ramos para batir a De Gea.

El partido se fue al descanso con empate en juego y en el marcador. Croacia volvió a pisar el césped con la intención de poner en dificultades a España. Y lo consiguió. Porque La Roja no consiguió encontrar el camino. Silva se apagó y no apareció Iniesta. También se diluyó un Cesc que había hecho una buena primera mitad.

Pjaca se tiró en el área de España para hacer que a más de uno le temblaran las piernas. No picó el árbitro. Aunque chocó con Sergio Ramos, el futbolista se tiró después de perder la pelota en una jugada en la que estaba rodeado de españoles.

Ramos, precisamente, tuvo en su cabeza la oportunidad de deshacer el empate. Fue después de un centro por la izquierda que peinó para colocar la bola en el segundo palo. Se le fue por poco. Lo lamentó el de Camas, pero más todavía su lanzamiento de penalti.

Porque España tuvo la oportunidad de marcar en una falta pitada sobre Silva en el área croata. El defensa lanzó el penalti al centro. Lo paró sin problemas Subasic, que había dado más de un paso adelante para ganar ventaja en la jugada. Tocaba apretar aún más los dientes porque un gol de Croacia hacía que los balcánicos pasaran como primeros y complicaran los cruces a los españoles. Sobre todo el de octavos, ante Italia.

Poco aportaron al juego español Bruno y Nolito. España no volvió a amenazar a Croacia desde el penalti y cuando se animó fue víctima de una contra letal que Perisic aprovechó para poner el 2-1 en el marcador y cambiar las tornas en el grupo. Así los croatas eran primeros y el regalo italiano le caía a La Roja.

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España jugará ese partido el lunes 27. Hace no mucho el equipo de Del Bosque le metió cuatro a Italia en una final de la Eurocopa. Esta vez será más difícil, aunque la mejor versión del equipo que hoy ha caído es capaz de cualquier cosa.