El PP encara el 26-J preocupado por el 'sorpasso' de la izquierda

Madrid

El jueves, en su mitin de Sevilla, se vio a Mariano Rajoy más tenso que de costumbre. Pablo Iglesias había cuestionado la legitimidad de las votaciones del 26-J por depender estas de la supervisión de Jorge Fernández Díaz. Al presidente en funciones no le gustó nada la acusación del líder de Podemos y lamentó que diera "un salto cualitativo tan fuerte al dudar de la limpieza de las elecciones en España". Su respuesta fue que nuestro país no es Venezuela sino una democracia.

Ese fue el mensaje de cierre de la campaña. "Cuidado, vota al PP para evitar el modelo griego o la dictadura de Maduro", así resume el discurso del miedo un cargo popular. En Génova hasta reconocen que aprovecharon el brexit. Les vino bien para que su jefe de filas apelara en el último minuto a la seguridad y estabilidad frente "a lo que pueden traer los radicales en el poder".

Rajoy ha querido que este discurso calara, consciente de que la cosa está reñida. Y es que en las filas conservadoras están preocupados desde que Unidos Podemos comenzó a afianzarse como segunda fuerza política en las encuestas. En el PP reconocen que el resultado es "incierto", que van "justos" y que dependen de la participación.

Temen que en la batalla final, sea la coalición quien se apunte los restos, esos últimos escaños que están en juego en unas cuantas circunscripciones en las que Rajoy se ha concentrado. Él ya lo advirtió en Mallorca al señalar que los ochocientos mil votos y dos escaños de IU sumados a los de Podemos podían otorgarles "15 o 16 escaños más".

Pero anoche, durante el cierre en la Plaza de Colón, otros dirigentes populares expresaban otro de sus miedos: que el partido de Pablo Iglesias llegue a un pacto con el PSOE. "Como entre los dos sumen mayoría absoluta es el fin", comentaba un diputado. Ese 'sorpasso' de la izquierda al PP que, a juicio, de los conservadores sería "letal" para España.

En Génova sostienen que sus sondeos no arrojan cambios significativos. "El PP sigue en cabeza, después irían los extremistas y a cuatro o cinco puntos, los socialistas. La formación de Albert Rivera es la única que baja de manera clara en los dos últimos días", señalan desde la cúpula.

Pero, a pesar de todo, los populares han terminado la campaña con una sensación agridulce. Dicen que el escándalo del ministro del Interior no les pasará factura, pero lamentan que todo fuera tan bien y, de pronto, la tendencia positiva se rompiera con las grabaciones. Estas lo trastocaron todo, forzando a Rajoy a salir incluso a dar respuestas. Muchos en el PP se preguntan si no se habría forzado a Fernández Díaz a dar un paso atrás si hubiera sido otro el momento.

Y cualquier tema puede inclinar la balanza en el último minuto. Por eso algunos cargos del PP están intranquilos hoy. Cruzan los dedos para que no ocurra nada durante la jornada de reflexión que incline la balanza en su contra. Muchos aún recuerdan como en el 11-M, la movilización de la izquierda dio la vuelta a la situación. Y hay quien piensa que podría activarse cualquier movimiento a través de las redes sociales que fuera determinante.