Bertín Osborne confiesa: “No soy feliz”
El presentador de ‘Mi casa es la tuya’ pasó de entrevistador a entrevistado por “él mismo”
Madrid
Bertín Osborne cerró anoche temporada de Mi casa es la tuya y lo hizo bajo mínimo de audiencia (2.553.000 y 15,4%) y con un invitado muy especial: él mismo. Realmente se trata de Javier Querol, el doble más conocido del cantador de rancheras que volvió a meterse en la piel de Bertín, pero esta vez con un objetivo claro: entrevistar a la persona a la que tantas veces ha encarnado.
La entrega más ”cómica” de la temporada también dio para confesiones inesperadas, confesiones que han vuelto a poner al presentador de Telecinco en una situación incómoda en redes sociales. Concretamente, Bertín aprovechó un momento de relax en la terraza de su finca para confesar que no era la persona que quería haber sido: “No soy feliz”. “No puedo ser feliz si veo que hay gente que no tiene dinero, trabajo… Vivimos en un mundo injusto, donde los políticos en vez de arreglarlo lo ponen peor todavía”, afirmaba Osborne.
Estas declaraciones no fueron pasadas por alto y Bertín Osborne fue acusado en Twitter de demagogo, entre otros calificativos más ofensivos. Sus palabras no venían muy a cuento, pero el momento le invitó a dejar caer un discurso que incendió las redes sociales. Eso sí, el showman quiso tranquilar a los espectadores al decir que disfruta haciendo lo que hace.
Rancheras para un narcotraficante
Siguiendo la fórmula habitual, Bertín habló de las diferentes etapas de su vida y contó algunas anécdotas que habían permanecido hasta ahora bajo secreto de sumario. La historieta más curiosa le sucedió en Sudamérica durante una de sus giras musicales. “Me contrataron para cantar en una finca de Colombia y a la tercera canción me doy cuenta que en la primera fila está uno de los narcotraficante más famoso de la historia. A mi mánager le quería matar”, afirmó Bertín Osborne para sorpresa de los espectadores.
También causó cierto furor los piropos que lanzaba a su hija Alejandra o el comentario jocoso sobre su mujer: “Para un rato, está bien”. En resumen, un capítulo entretenido bajo un tono de comedia, que volvió a poner a Bertín Osborne en la palestra.