Los socialistas miden el coste orgánico de dejar gobernar a Rajoy
El PSOE celebra congreso después de la formación de Gobierno lo que condiciona los movimientos de la dirección federal y los críticos a la hora de facilitar que Rajoy siga
Sánchez se verá esta semana con los dirigentes territoriales antes de un Comité Federal en el que no se moverá del guión de que es Rajoy quien debe buscar apoyos entre sus afines. Tampoco Susana Díaz y los críticos van a llevar un planteamiento diferente a esa cumbre
Madrid
El tan traído y llevado 39 Congreso Federal del PSOE se va a celebrar después de que se haya constituido el nuevo Gobierno de España así que en el PSOE son muy conscientes de que quien lidere cualquier decisión que mantenga a Mariano Rajoy en la Moncloa va a tener que asumir un "coste orgánico". Con el PSOE abierto en canal desde hace meses y las bases asistiendo estupefactas a muchas de las crisis internas, todos quieren ahora minimizar ese desgaste de ahí que, en estas semanas, tanto Ferraz como los dirigentes territoriales, especialmente Susana Díaz, van a estar mirándose de reojo, pendientes del movimiento del contrario para salir favorecidos en la foto final que se queden los militantes antes de decidir quién controlará el PSOE en los próximos años.
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Este escenario es el que, según distintos dirigentes socialistas, va a condicionar las decisiones en el PSOE en su encrucijada actual, afectando, según prevén, a los tiempos de la gobernabilidad si finalmente depende de los socialistas que no se vaya a unas terceras elecciones.
El debate sobre qué hacer está muy vivo en un partido que ha pedido el voto, fundamentalmente, para desalojar del poder a Mariano Rajoy. En la Ejecutiva federal hay dirigentes que tanto en público como en privado se niegan rotundamente a que la investidura del presidente popular se produzca con el apoyo socialista mientras que hay otras voces que, en línea con lo que ha venido defendiendo Guillermo Fernández Vara, se apuntan a la fórmula de la abstención mínima: que "en el último minuto" sea el PSOE el que evite la nueva cita con las urnas. Pero insisten en hacerlo "al límite" y sin dar un "cheque en blanco" al PP, logrando cesiones que permitan justificar ante la militancia una operación tan delicada para el futuro del PSOE, especialmente ahora que tiene en la izquierda un competidor potente que puede arrebatarle el liderazgo en la oposición.
Nada de esto, por tanto, se va a resolver en la reunión del Comité Federal de este sábado, la primera cumbre socialista tras las elecciones generales del 26 de junio. La cita se celebra con dos semanas de diferencia en un intento de evitar que el foco de la gobernabilidad estuviera sobre el PSOE, aunque hasta ahora ése ha sido un esfuerzo inútil. Ni la ausencia de Pedro Sánchez la semana pasada ni el retraso del Comité Federal han impedido que las miradas estén puestas en los socialistas que, en las actuales circunstancias, no tienen previsto un cambio de guión respecto a lo que vienen diciendo desde que se recontaron las urnas.
Sánchez se verá esta semana en privado y por separado con los dirigentes territoriales para oír sus posiciones pero, por el momento, fuentes socialistas aseguran que el secretario general va a seguir manteniendo su estrategia de pedirle a Mariano Rajoy que busque apoyos entre sus afines ideológicos (quieren que negocie con Ciudadanos y los nacionalistas conservadores) y que no cuenten ni con el sí ni la abstención de los escaños del PSOE. Tampoco los críticos ni Susana Díaz como dirigente de la federación más potente contraria a Sánchez quieren hacer un planteamiento diferente. Quieren oír, eso aseguran fuentes de ese sector, lo que tiene que decir el secretario general y la Ejecutiva federal.