Destituido un sargento de la Guardia Civil por presuntos abusos sexuales a una subordinada

Madrid

La Dirección General de la Guardia Civil ha cesado a un sargento de la Guardia Civil procesado por presuntos delitos de abuso de autoridad y contra la libertad e indemnidad sexual. Según el auto de procesamiento del Juzgado Togado Militar Territorial n14 de Cartagena al que ha tenido acceso la cadena SER, el sargento Oscar Martínez García obligó reiteradamente a una subordinada del cuerpo " a mantener relaciones sexuales no consentidas durante el periodo comprendido entre septiembre del 2011 a marzo del 2015, por temor a mayores males que su negativa le pudiera acarrear". La agente acosada, que estaba al frente de la Oficina de Violencia de Género en Molina de Segura (Murcia), se encarga de tramitar las denuncias aunque trataba de disuadir a las mujeres maltratadas de proceder contra sus agresores.

Según el atestado policial después de un breve periodo de tiempo de relaciones consentidas por ambas partes el sargento Martínez Martínez comenzó a acosar de forma insistente a la Guardia Civil para que mantuviese relaciones sexuales a pesar de que ella se negó de manera explícita y clara como se deduce de los correos aportados a la causa que todavía se mantienen bajo secreto de sumario. Depués llegaron las continuas llamadas telefónicas, más de 50 al día, los mensajes y los correos electrónicos. Algun compañero de la víctima fue testigo del acoso que sufría la agente porque el agresor mandaba mensajes a compañeros del tipo: "Dile a Cáceres que cuando él ha ido a tomar café, otros hemos puesto ya la leche". El acoso se agravó con las visitas a su domicilio a altas horas y los episodios más graves de agresiones sexuales y violaciones bajo amenazas que se han repetido durante años tanto en el Acuertelamiento del Puesto Principal de Molina de Segura (Murcia) como en el domicilio de la víctima.

Según la declaración de la agredida las violaciones en el domicilio de ella eran constantes a pesar de la presencia del hijo pequeño de la Guardia Civil. El atestado policial relata que cuando ella cambió de domicilio, él le siguió a su casa "le abordó al bajarse del coche y en tono amenazante le dijo que abriese la puerta de su casa. Al abrir la puerta, el investigado entró como un loco y pese a la resistencia de la guardia civil tuvo acceso carnal a ella. Tras concluir, se subió los pantalones y le dijo ¿Ves?, no pasa nada y seguidamente se marchó".

Según el procedimiento en julio del año 2012 la guardia civil supo que estaba embarazada y el agresor le obligó a abortar incluso con golpes físicos. Se lo contó al sargento procesado y este le amenazó fisicamente con golpes en la barriga y con mensajes al móvil que constan en el sumario para que abortase:  "saca eso de ahí, lo quiero fuera de ahí, tú no me vas a joder la vida, entérate bien".

La guardia civil agredida se negó en dos ocasiones a denunciar al agresor ante la posibilidad de que tuviese represalias por parte de las autoridades de la Guardia Civil. Finalmente el pasado 3 de febrero presentó la denuncia contra el sargento por un delito continuado de abuso de autoridad en la modalidad contemplada en el art. 106 del derogado CPM, en concurso real con un delito continuado de abusos sexuales contemplado en el art. 181 apartados 3 y 4 del Código Penal Ordinario y un delito de lesiones psíquicas graves del art.149 del Código Penal Ordinario.

Durante el proceso la agente acabó con un expediente abierto por perdida de rendimiento en la unidad. Además "las vivencias de terror y la reiteración de ofensas han llevado a la agredida a un trastorno psicológico complejo y grave, diagnosticado como "Trastorno por Estrés Postraumático grave que coexiste con un cuadro Depresivo mayor de lo habitual en este tipo de trastorno".