Baviera exige a Merkel endurecer la política de refugiados tras los atentados
Piden que se controle directamente en la frontera la identidad de los solicitantes de asilo
Joachim Herrman reclamó que no se paralice una expulsión solo por motivos médicos
El Gobierno de Baviera prometió este martes hacer "todo lo humanamente posible" para incrementar la seguridad tras los atentados que han sacudido el estado, protagonizados por refugiados, y exigió a la canciller, Angela Merkel, endurecer la política de asilo, porque "el terrorismo islamista ha llegado a Alemania".
El polémico debate sobre seguridad y refugiados se encendió en el país después de que la organización yihadista Dáesh reivindicara tanto el ataque a hachazos de un menor refugiado afgano en un tren de Würzburg la semana pasada, con cinco heridos, como la bomba que detonó el domingo en Ansbach un solicitante de asilo sirio, que murió en la explosión y causó 15 heridos.
El primer ministro regional, Horst Seehofer, cuyo partido, la Unión Socialcristiana, es socio en la coalición del Gobierno de Berlín, apostó por reforzar "la prevención y la represión" y prometió a sus ciudadanos más personal y medios para la Policía.
En una rueda de prensa tras celebrar una reunión del gabinete a orillas del lago Tegner, Seehofer respondió al llamamiento a la "serenidad" realizado ayer por el ministro del Interior, Thomas de Maizière, quien pidió no lanzar una sospecha generalizada sobre los refugiados.
"La serenidad es importante, pero no sustituye a la protección del Estado", subrayó antes de recalcar que los políticos están obligados a responder de forma "valiente" ante el miedo de los ciudadanos.
Además de reclamar la intervención del Ejército en casos de alerta terrorista, Baviera pide controlar directamente en la frontera la identidad de los solicitantes de asilo, aunque no lleven papeles, y realizar también inspecciones posteriores. "Debemos saber quién está en el país", señaló Seehofer en declaraciones al diario "Süddeutsche Zeitung".
Su ministro de Interior, Joachim Herrman, pidió que deje de ser "tabú" la expulsión de extranjeros a países en guerra, aseverando que, por ejemplo, en Afganistán hay regiones habitables, y reclamó que no se paralice una expulsión solo por motivos médicos.
El terrorista suicida de Ansbach, natural de Alepo, pidió asilo en Alemania en 2014 alegando que se había visto obligado a dejar Siria porque no quería empuñar armas contra otros seres humanos, pero su petición fue denegada hace un año porque se comprobó que había recibido protección en Bulgaria. Sin embargo, la devolución a ese país se suspendió por los problemas de salud -primero físicos y luego psicológicos- del joven.
El pasado 13 de julio se le informó de que se había reactivado esa orden de expulsión y de que tenía 30 días para abandonar el país.
Herrmann subrayó también la necesidad de vigilar los albergues de refugiados: "no puede ser que en un centro financiado con dinero público se almacenen materiales para fabricar bombas y que nadie se fije", recalcó en referencia a los diversos productos que guardaba el joven en su habitación.
Las críticas llegaron incluso de la líder del grupo parlamentario de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, quien acusó en una entrevista de televisión a la canciller de haber subestimado los "importantes problemas" derivados de su política de acogida.
Varios miembros de su partido se revolvieron contra ella, que recibió sin embargo los aplausos de los populistas de derechas de Alternativa para Alemania (AfD).
Este partido, que logró considerables éxitos electorales en los últimos comicios regionales apoyado en la crisis de los refugiados, insistió en la necesidad de controles fronterizos.
"¿Qué más debe pasar para que comencemos a controlar quién entra en nuestro país", se preguntó en un comunicado la líder de AfD, Frauke Petry, quien criticó al Gobierno por no decir desde el principio que la explosión de Ansbach era un atentado islamista y hacer hincapié en que el refugiado tenía problemas psiquiátricos.
"No podemos prometer que no habrá más atentados cuando asumamos el Gobierno. Pero podemos prometer que no trataremos a los inmigrantes criminales o que planifiquen delitos con la comprensión patológica y autoagresiva que muestran hoy muchos políticos, sino como lo que son: como enemigos de la sociedad abierta, como enemigos de nuestro país", manifestó Frauke.
Merkel, que no ha comparecido públicamente tras el último atentado, ha decidido interrumpir sus vacaciones y ofrecerá el jueves su tradicional rueda de prensa de verano, que se esperaba para después del periodo estival.