El PP pide el tiempo que no quiso conceder

Madrid

El rey ha propuesto a Mariano Rajoy como candidato a la investidura: le hace el encargo de formar Gobierno y el candidato popular lo acepta. Acepta el encargo aunque, dado que no dispone de apoyos suficientes, habla de continuar negociando y no confirma siquiera que se vaya a presentar a la investidura. La fijación de la fecha depende de la presidenta de la cámara, de Ana Pastor y, de momento, es una incógnita que no se desvela.

Esta actuación contrasta con la que mantuvo el Partido Popular cuando el que recibió el encargo de Felipe Sexto fue Pedro Sánchez. Entonces, el 2 de febrero, el candidato socialista acordó con el presidente de la cámara, Patxi Lopez un mes de plazo para negociar. Dos días después del encargo del rey a Pedro Sánchez, el PP envió un escrito a la mesa de la cámara baja que sostenía que el artículo 99 de la Constitución y el 170 del reglamento del congreso obligan, subrayaban el espíritu imperativo, a convocar la sesión de investidura inmediatamente después a la propuesta del jefe del Estado. Insistían especialmente en que ese artículo del reglamento dejaba claro que se tenía que poner fecha de forma "automática". Instaba así a Patxi Lopez a convocar el pleno el 22 de febrero. La solicitud era denegada y, diez días después, el Partido Popular enviaba otro escrito.

Según leemos en este documento remitido al presidente del Congreso el 12 de febrero, la dilatación de los plazos suponía vulnerar el reglamento y conceder al presidente de la cámara "la facultad arbitraria de posponer el pleno". A juicio del Partido Popular, en ese momento, 20 días eran más que suficientes...y no adelantar el pleno suponía una muestra de ineficacia y, esto es literal, una actitud carente del más mínimo sentido que perpetuaba una situación de interinidad. Ahora el criterio del PP ha cambiado radicalmente.