Periodistas, políticos y militares, los más asiduos al duelo por honor

Sevilla

Periodistas, políticos, militares y profesionales liberales fueron quienes más practicaron duelos por honor, ha dicho a Efe Miguel Martorell, autor de 'Duelo a muerte en Sevilla', sobre el penúltimo duelo a muerte registrado en España, en 1904, en el que murió el marqués de Pickman.

El historiador ha asegurado que en España los duelos persistieron hasta los años veinte del pasado siglo y que lo que acabó con ellos fue "el mundo moderno, la Primera Guerra Mundial y sus millones de muertos", aunque en Uruguay y Argentina se celebraron hasta los años setenta.

"El duelo perteneció al mundo liberal, fue una manera de resolver los problemas de las élites que incluso daba cierto tono de distinción social", según Martorell, quien ha asegurado que ya en el periodo republicano algún político trató de retar a duelo a algún oponente, pero no fue tomado en serio.

"Lo que no era frecuente era el duelo a muerte; se celebraban a espada y a primera sangre, y, cuando eran a pistola, se evitaban daños graves poniendo una carga ligera de pólvora y estableciendo distancias largas", ha explicado.

El mismo año que Rafael de León, marqués de Pickman, murió en Sevilla a manos de un oficial de la Guardia Civil por un asunto de celos, 1904, el escritor Vicente Blasco Ibáñez salvó la vida en un duelo porque la bala que le disparó otro oficial de la Guardia Civil dio contra la hebilla de su cinturón.

Tras una carga de la Guardia Civil contra una manifestación republicana, el escritor dijo en el Congreso de los Diputados que le gustaría vérselas con el "tenientillo" que mandó aquella operación, por lo que un grupo de oficiales de este cuerpo sorteó quién se batiría en duelo con el escritor y político valenciano.

En España, el último de los duelos que acabó con la muerte de un contendiente -al tratarse de una actividad clandestina puede que alguno posterior no se documentara- fue en Zaragoza en 1906, con la extraña conclusión de que uno de los dos periodistas que se batieron murió de un tiro en la espalda y el otro, Benigno Varela, pasó casi un año en la cárcel hasta ser amnistiado por Alfonso XIII.

Martorell ha asegurado que, pese a estar prohibidos, raramente los contendientes en un duelo acababan en la cárcel, ya que, aunque la identidad de los duelistas trascendiera, eran juzgados "por caballeros de honor", y "la tolerancia era absoluta".

Y se llegaba a dar la paradoja de que, aún prohibidos los duelos con penas tipificadas en el Código Penal y condenados por la Iglesia, el Código de Justicia Militar preveía la formación de tribunales de oficiales que podían expulsar a un compañero del ejército si no defendía su honor convenientemente, ya que, según Martorell, "se consideraba que un militar que no supiera defender su honor carecía de autoridad".

El historiador ha insistido en que los duelos que acababan con la muerte de un contendiente eran infrecuentes y que en España entre 1870 y 1930 sólo se registraron media docena de muertes -en la Cuba española, en los últimos decenios del XIX, se registraron diez muertes por este motivo.

La muerte del marqués de Pickman en Sevilla en duelo con el capitán de la Guardia Civil Vicente Paredes, según Martorell, supuso "una conmoción en el país", alentó una intensa campaña contra los duelos y propició la fundación de la Liga Nacional Antiduelista, que se organizó como las similares existentes en Austria e Italia.

Como alternativa al duelo, la liga propuso la creación de tribunales de honor que dirimieran pacíficamente las disputas entre caballeros. En 1914 llegó a contar con 20.000 afiliados y fue tan influyente que llevó a las Cortes un proyecto de ley contra duelos, aunque finalmente no fue aprobado.