La Moncloa trabaja para formar gobierno pero en el PP sólo ven a Rajoy presidente tras las gallegas y vascas
Desde la Moncloa mueven los hilos para que Rajoy logre las once abstenciones que le hacen faltan y evitar así una investidura fallida. Pero los conservadores confiesan que no tienen garantías de que el día 2 de septiembre, salga elegido
Esperan que haya reunión con Pedro Sánchez pero creen que el líder socialista mantendrá su rechazo porque quiere ver a un Rajoy "humillado"
En el PP creen que surgirán "nuevas oportunidades" tras las elecciones del 25 de septiembre y cruzan los dedos para que el futuro de Rita Barberá en el Senado no interfiera en las negociaciones con Ciudadanos
En el PP piensan que Mariano Rajoy sólo puede salir investido presidente tras las elecciones vascas y gallegas. Desde el Comité de dirección conservador reconocen que ahora mismo no cuentan con garantías de que salga elegido. A su juicio, lo más probable es que el 2 de septiembre se pierda la votación en el Congreso y se vaya en funciones a China para asistir al G20.
Sus colaboradores opinan que surgirán "nuevas oportunidades" y será más fácil después del 25 de septiembre. A algunos cargos les parece que se puede presentar, sin ningún problema, en dos ocasiones y tienen la vista puesta en el PNV. No descartan que Rajoy pueda sumar también sus apoyos y repetir el trámite. De esa forma, contando con Ciudadanos, Coalición Canaria (CC) y los nacionalistas vascos, se quedaría a uno de la mayoría absoluta y sería muy difícil que el PSOE mantuviera su posición, más si como los populares esperan, se dan un batacazo en la convocatoria autonómica.
Pero todo son cábalas en Génova y en la Moncloa, donde a pesar de todo, confían en que, durante esta semana, su jefe de filas lo intente todo con los socialistas. Dicen que en la Moncloa se está trabajando para que haya Gobierno, conscientes del daño de imagen que supondría para España que este no se formara. Y que en paralelo a las negociaciones con Ciudadanos, por detrás se están moviendo todos los hilos posibles para que Rajoy logre hasta las once abstenciones que le hacen falta.
Algunos conservadores esperan, además, que ya con la fecha puesta, el líder socialista acceda a una reunión e incluso mantienen la esperanza de que algún dirigente regional del PSOE pida, en el último minuto, que se convoque su Comité Federal para reconsiderar su voto. Pero cada vez son más los populares que tienen claro que lo que busca Sánchez es que Rajoy fracase en el intento y sufra "una humillación en toda regla".
Y esta vez el líder del PP está dispuesto a pasar por un trago amargo porque, a su juicio, la situación ha cambiado. Quiere que se visualice que Sánchez es el "único culpable" del bloqueo político y que sólo él conduce a nuestro país a unas terceras elecciones. Además, se siente, según los que le rodean, "más fuerte" porque tiene amarrada la presidencia de la Cámara baja, con Ana Pastor, y porque ya no debe someterse a una especie de moción de censura de "todos contra él". En esta ocasión no se sentirá invalidado porque sabe que al hacer su discurso contará con el respaldo de Ciudadanos y CC: un total de 170 escaños, frente a los 123 que tenía antes.
En cualquier caso, los populares no descartan nada. Saben que lo tienen complicado pero recuerdan que su jefe de filas es un "enigma" y que, por eso, lo mismo se guarda un as en la manga. En el Congreso, el equipo popular se va a concentrar en atar el acuerdo de investidura con la formación de Rivera. No creen que se echen ya para atrás porque "se cobraron su pieza con el pacto anticorrupción" y realmente son varios los puntos en los que coinciden, sobre todo en economía y unidad de España. Rajoy estará pendiente de cada paso y el sábado, desde Galicia, junto a su candidato Alberto Núñez Feijóo, dará el pistoletazo de salida a un curso político que no se ha interrumpido desde las europeas.
La historia es que nada trastoque los planes, y en el PP saben que les espera un otoño con un calendario judicial tremendo. A lo que hay que sumar que todo se irá complicando. "Hemos vivido un año de las rentas porque los presupuestos ya estaban aprobados. Pero ese chollo se nos acaba y, además, Bruselas empezará a exigir", comenta un miembro de la dirección nacional. Pero, paso a paso, como le gusta a Rajoy. Ahora todos en su partido están pendientes de lo que puede ocurrir también en el Senado. Hace unos días se constituyó la Diputación Permanente del Congreso pero aún no hay fecha para determinar la composición de la de la Cámara Alta.
Para cuando llegue ese momento, Rajoy tendrá que enfrentarse a una nueva disyuntiva: si deja o no que Rita Barberá permanezca en este órgano de la Cámara Alta, tal y como hizo hace tan sólo unos meses a pesar de que ya había estallado el escándalo de corrupción del Ayuntamiento de Valencia. De esa forma, ante una tormenta judicial, la exalcaldesa de Valencia permanece "blindada", al seguir aforada aún en caso de que se disuelvan las Cortes por unas terceras elecciones.
Ahora, tras el pacto anticorrupción, nadie en el PP quiere que una decisión de su jefe de filas dinamite las negociaciones con Ciudadanos. Los populares admiten que será un tema "jugoso" pero no creen que condicione sus conversaciones con la formación de Rivera e, insisten, en que mientras ella no esté imputada, no hay nada más de lo que hablar. Pero ya no es sólo cuestión de si se la procesa o no. En el acuerdo también se aboga por poner fin a los aforamientos. Así que en un sólo gesto se verá si hay voluntad real de regeneración por parte de Rajoy o si lo que se ha firmado es sólo papel mojado.