El Gobierno italiano declara el estado de emergencia y aprueba ayudas oficiales
La fiscalía ha abierto una investigación tras constatar daños en edificios que habían sido reestructurados recientemente
Roma
El Gobierno italiano ha decretado este jueves el estado de emergencia por el terremoto de intensidad de 6 grados en la escala Richter que afectó en la madrugada del miércoles el centro del país y ha aprobado un primer paquete de ayudas por valor de 50 millones de euros, ha anunciado el primer ministro, Matteo Renzi.
El jefe del Ejecutivo ha declarado a la prensa tras la reunión del Consejo de Ministros su "profunda emoción" por el impacto del seísmo en varias localidades y que ha causado la muerte al menos a 250 personas, según los últimos datos oficiales. Los equipos de rescate intentan en varias localidades hallar supervivientes, aunque hoy solamente se recuperaron cadáveres.
Por otro lado, la fiscalía de Rieti, en la región de Lazio, una de las zonas más afectadas, ha abierto una investigación preliminar por presunto desastre doloso tras constatar después del terremoto daños en edificios que habían sido reestructurados recientemente.
Los medios de comunicación italianos informan de la investigación por parte del fiscal jefe de Rieti, Giuseppe Saieva, quien ya efectuó ayer algunos registros para hacerse con documentación sobre las últimas reestructuraciones.
En concreto, señalan los medios, se investigan los importantes daños que ha sufrido la escuela de Amatrice, que había sido reestructurada en 2012 para que respetase las normas sísmicas tras un temblor registrado en 2009. Según el diario "La Repubblica", se destinaron 700.000 euros para reestructurar la escuela, que, aunque no se ha derrumbado completamente, ha sufrido gravísimos daños.
También se investiga sobre el campanario de Accumoli, que fue sometido a intervenciones antisísmicas y que se derrumbó completamente.
El rotativo romano informa además de que la Protección Civil había puesto a disposición otros dos millones de euros para que algunos edificios, como el hospital, respetasen las indicaciones antisísmicas, pero que nunca fueron utilizados.
'Casa Italia'
"Tenemos que pensar en la reconstrucción, tenemos una obligación moral con las mujeres y hombres de esa comunidad", dijo Renzi a propósito del siniestro y agregó que esta tarea de devolver la normalidad a las localidades afectadas por el seísmo será una "prioridad del Gobierno y del país".
Renzi también destacó que aunque el resultado de muerte como consecuencia del seísmo es "enorme", la cifra de personas rescatadas vivas es "la más alta de la historia de los últimos terremotos, con 215 personas".
El primer ministro, líder del Partido Demócrata (PD), aprovechó la intervención ante la prensa para defender su visión de lo que denominó "casa Italia", un concepto que vinculó a la "cultura de la prevención" para evitar las consecuencias de desastres como el que acaba de acaecer.
Aunque Renzi incluyó también en ese concepto la vigilancia del estado de las infraestructuras del país -seriamente dañadas en el caso de las localidades afectadas por el terremoto del miércoles- o de la extensión del acceso a internet de alta velocidad. Y dijo que se trata de un proyecto que, subrayó, es "serio".
El primer ministro aludió a lo que denominó como "el pasado" para marcar la diferencia que pretende hacer que caracterice ese esfuerzo por su visión de la "casa Italia" y mencionó específicamente el terremoto que en 2009 arrasó la ciudad de L'Aquila, no lejos de las localidades golpeadas ahora por un nuevo seísmo.
"En L'Aquila hubo un bloqueo", denunció Renzi en relación con la situación en esa ciudad cuyo centro histórico, siete años después del desastre que prácticamente la borró del mapa, todavía no se ha terminado de reconstruir.
El primer ministro presumió de que desde su llegada al poder, en 2014, los trabajos de reconstrucción de L'Aquila -destruida bajo el Gobierno del ex primer ministro conservador Silvio Berlusconi- ha recibido un impulso decisivo.
"Hay dinero, se van a gastar y rápidamente", aseguró el primer ministro, quien aprovechó la ocasión tanto para condenar la corrupción y a quien "roba fondos públicos" como para elogiar a renglón seguido el resultado obtenido por los deportistas italianos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.