Sánchez mantiene su hoja de ruta pese a la oposición interna
El líder socialista, que no ha hablado con Susana Díaz tras sus declaraciones, buscará a partir del domingo el acuerdo de Podemos y Ciudadanos
Madrid
Pedro Sánchez mantiene intacta su hoja de ruta para intentar formar un gobierno de cambio a pesar del rechazo de los líderes de las federaciones críticas, especialmente de Susana Díaz. El líder socialista no tira la toalla por mucha resistencia que encuentre en el partido, que en su equipo atribuyen al aparato del PSOE y no a las bases, al menos eso es lo que están interpretando de los mensajes y reacciones de los militantes en las campañas vasca y gallega.
Sánchez se va a centrar esta semana en la recta final de elecciones del 25-S, pero su intención es, después de este domingo, trabajar en el objetivo de hacer compatibles a Pablo Iglesias y Albert Rivera. No ha dejado de lanzarles mensajes directos en los mítines (este fin de semana ha llegado a hacerles un llamamiento "personal") porque persigue el sí de Podemos y Ciudadanos aunque sea para armar un gobierno en solitario.
En Ferraz insisten en que descarta explorar una negociación con las formaciones soberanistas, tal y como temen algunos sectores del partido que desconfían, pese a la palabra dada de Sánchez, de que vaya a respetar la resolución del Comité Federal del 28 de diciembre, cuando el PSOE dejó escrito que estaba vetada la negociación con quienes cuestionan la unidad de España.
Llegados a este punto en el PSOE hay, ya a las claras, dos discursos paralelos y contradictorios: el del secretario general, que quiere intentar la alternativa y el de las federaciones críticas, con Susana Díaz a la cabeza, que defienden con rotundidad que el PSOE no está en condiciones de intentar nada. Una disparidad de criterios que los líderes no abordan personalmente: fuentes de Ferraz confirman a la SER que Sánchez y Díaz tampoco han hablado después de las declaraciones de la presidenta de la Junta de la semana pasada. No lo hacen desde hace meses, a pesar de la delicada situación política y de la encrucijada histórica en la que se encuentra el PSOE.
Todas las cuentas quedan pendientes, por tanto, para la reunión del Comité Federal, que aún no tiene fecha pero que, tradicionalmente, se celebra después de unos comicios. Ferraz tiene previsto convocarlo tras conocer los resultados del 25-S, que serán decisivas para el PSOE porque puedan permitir el desbloqueo sin la intervención socialista (si hace que el PNV se decante por el sí al PP) y porque tendrán inevitables lecturas sobre el liderazgo de Sánchez. Euskadi y Galicia son dos federaciones afines al secretario general, que se está volcando para darle la vuelta a las negras previsiones demoscópicas.