España ilusiona a medias

Los cuatro primeros minutos de partido fueron una especie de rondo, como los que hacen los jugadores en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas mientras escuchan a Lopetegui pega voces. La diferencia radicaba en que la grada estaba poblada por más de 40.000 italianos que recordaban con gozo aquel partido de la Eurocopa en el que Conte retrató a España con un partido impecable.

"Claro que he visto el partido", respondía Lopetegui en 'El Larguero' el miércoles por la noche cuando Manu le preguntaba si cambiaría algo tácticamente. Los primeros veinte minutos de España lo dejaron claro, fue un vendaval, un asedio constante, más parecido al Bayern Munich que a España. La presión de Lopetegui llegaba casi a Buffon, Iniesta y Silva casi que soplaban en las orejas de Barzagli y Bonucci.

El resultado es que la Roja robaba en campo rival y era dueña de la dinámica del fútbol ante la desesperación de Parolo, Montolivo y De Rossi. Sin embargo quedaba algún fantasma del partido en París, porque cada contra de Pellé metía cierto miedo en el cuerpo en los españoles, pero Busquets e Iniesta replegaban casi siempre a tiempo.

El primer tiempo fue una orquesta española de menos a más, dirigida por un Silva excelso y un Iniesta superior. La Selección tiró infinidad de córners y buscó el gol a través de Ramos y Piqué, pero siempre en inferioridad física. Entretanto se lesionó Alba y tuvo que entrar Nacho justo en un momento en el que el partido se enmarañó y llegó al descanso con mucha dureza.

La España de siempre y la Italia de siempre

La segunda parte tuvo dos caras bien diferenciadas. La primera una española en la que volvió a meter a la defensa de Italia muy atrás, tocando con brillantez y generando superioridades con los laterales. La otra fue de Italia en una oda al fútbol de contraataque que terminó conviertiendo el partido en un martirio para España.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Primero golpeó el equipo de Lopetegui con gol de Vitolo, aunque las escrituras y la autoría pertenecieron a Buffon. Una cantada tremenda del veterano meta italiano que dejó la puerta vacía al canario. Tras el gol se rompió el partido y todo pudo pasar, primero Inmobile tuvo una clarísima en boca de gol y se marchó por poco, y segundos después Vitolo pudo sentenciar y falló.

El empate transalpino llegó gracias a un penalti de Ramos sobre Éder, el de Camas se vio superado y zancadilleo al delantero, que provocó un penalti que ejecutó De Rossi. El final del partido fue peor para España, más cansada y falta de aire que los italiano. En definitiva, reparto de puntos que deja todo igual que estaba.