El líder de los republicanos en el Congreso no defenderá a Donald Trump

Nueva York

El republicano de más alto rango del país, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha dicho en una llamada con congresistas de su partido, que no defenderá más a Donald Trump y que no hará campaña con él.

Según fuentes conocedoras de la conversación, Ryan explicó que se centrará en defender la mayoría en la Cámara, para no dar un cheque en blanco a Hillary Clinton, en una muestra de que da por ganadora a la demócrata. El portavoz pidió a los congresistas que hagan lo que sea mejor para mantener su escaño.

Aunque Ryan no ha dicho que retirará su apoyo a Trump públicamente, algunos representantes lo han interpretado así y le han criticado por abandonar al candidato del partido.

El anuncio de Ryan es un mazazo para la campaña de Trump, que esperaba que su actuación en el debate ayudara a frenar el éxodo de los republicanos. Horas antes lograron que el candidato a vicepresidente, Mike Pence, disipara los rumores sobre su retirada después de sus críticas a Trump por el lenguaje empleado en el video. “Es absolutamente falso sugerir que en ningún momento hayamos considerado abandonar la lista. Es el mayor honor de mi vida”, dijo Pence en una entrevista en CNN.

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En el partido republicano sigue habiendo temor de que la candidatura de Trump esté herida de muerte. A pesar de la campaña de Trump insiste en que ganó el debate, Trump puede haber inflingido más daño a su candidatura con sus incendiarias declaraciones. Entró siendo el candidato más impopular de la historia y no ofreció nada para contrarrestar la visión negativa que muchos tienen de él.

El magnate no pidió perdón por ninguna de las declaraciones y acciones que asustan a algunos votantes, como poner en cuestión a un juez federal por su origen hispano o burlarse de un reportero discapacitado. Tan sólo ofreció una disculpa parcial por sus comentarios sexuales en el video. Dijo que lamentaba haberlos hecho, pero que era “charla de vestuario” y hay temas más importantes como ISIS.

En una defensa basada en el ataque, Trump subió el tono de sus acusaciones. Por primera vez, usó los escándalos sexuales de Bill Clinton, para atacar Hillary Clinton cara a cara. “Deberías estar avergonzada”, repitió en varias ocasiones. Cuando le recordaron sus críticas a la es Miss Universo, el republicano sugirió que no es una niña inocente, “no es una Girl Scout”. Desautorizó a su compañero de lista, Mike Pence, en su política sobre Siria. Amenazó a Clinton con meterla a la cárcel si él llega a la Casa Blanca. Y confirmó que usó deducciones fiscales para no pagar impuestos durante años.

Clinton optó por no entrar al trapo y se limitó a recordar que Trump no está cualificado para la presidencia y que su campaña estaba “explotando”.