Una región de Bélgica paraliza el acuerdo comercial con Canadá
La región belga de Vallonia rechaza la firma del acuerdo comercial con Canadá
Una eurodiputada luce una pegatina contra el TTIP y el CETA. / FRANCOIS LENOIR (Reuters)
Bruselas
Para países centralizados como es España puede parecer raro que un Parlamento regional frene un tratado pero así pasa en Bélgica, donde el gobierno federal necesita la unanimidad de todas sus regiones federadas. Por esto, el 'no' de los vallones da alas a los grupos anti CETA y anti TTIP convencidos de que al menos la firma quedará hipotecada.
"Este voto en contra del parlamento de Valonia demuestra que hay una creciente oposición ciudadana a la firma del Tratado con Canadá o sea que es importante que la Comisión Europea abra los ojos y entienda que cada vez son mas los que no quieren este Tratado ni quieren el Tratado con Estados Unidos", ha dicho en declaraciones a la SER el eurodiputado de los Verdes, Florent Marcellesi. La alegría con la que los grupos antiCETA han recibido la decisión del Parlamento Vallón contrasta con la enorme preocupación de Bruselas, donde la Comisión Europea esperaba obtener este martes la autorización para firmar el Tratado con Canadá el dia 28 de Octubre. Esta es la fecha de la Cumbre con Canadá cuyos representantes diplomáticos han asistido a las sesiones de debate en los parlamento regionales de Bélgica en un intento de evitar el desastre.
Vallonia es un feudo socialista y sus dirigentes se han mostrado contrarios al CETA y al TTIP desde el inicio de las negociaciones por temor ante todo a sus repercusiones sociales dando por hecho que los niveles de protección de los trabajadores pueden verse afectados.
Canadá aceptó eliminar las reticencias a través de una 'declaración' política que debería adjuntarse al Tratado pero el texto que se está negociando no es satisfactorio según ha dicho el presidente de la región de Valonia al anunciar que no otorgará al gobierno Federal la autorización para firmar el acuerdo comercial.
Un problema importante ya que este martes y los ministros o secretarios de estado de asuntos comerciales debían firmar en nombre de sus respectivos gobiernos los instrumentos de ratificación del CETA que en la práctica dan a la Comisión el derecho a firmar el Tratado. Algo muy complicado, aunque Bruselas no tira la toalla con la esperanza de introducir en el texto final un redactado que permita desbloquear la situación antes de la Cumbre oficial con Canadá del dia 28.
