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INMIGRACIÓN | MENORES EN MADRID

''No sé por qué unos van a pisos y a otros nos dejan solos en hostales''

Uno de los menores del llamado “Programa de seguimiento externo” de la Comunidad de Madrid lleva un mes pidiendo regresar a alguno de los recursos públicos

“Llevo un mes comiendo y cenando kebab porque estamos obligados a ir ese sitio”

El menor en su habituación del hostal en el centro de Madrid / NICOLÁS CASTELLANO

El menor en su habituación del hostal en el centro de Madrid

Madrid

“Me dijeron esto es una cosa nueva y te vas a ir a un hostal”. Así explica Karim –nombre ficticio para no desvelar su identidad real- , el origen de su odisea en los hostales de Madrid después de haber salido del Centro de Primera Acogida de Hortaleza, un recurso de la Comunidad de Madrid, donde había pasado dos meses.

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Karim que había llegado a España a inicios de 2015 escondido en los bajos de un camión en el que cruzó el Estrecho desde su Tánger natal, quiso poner rumbo a Europa “para estudiar y buscarme un futuro, pero las cosas no están siendo tan fáciles “, advierte en declaraciones a la SER.

“En el Centro de Hortaleza vino un educador y me dijo que me iba a incorporar a un programa nuevo, que no iba a ir a un centro sino a un hostal. Me explicó que era algo nuevo y bueno, que había que probarlo que era un entrenamiento para cuando llegue a la mayoría de edad, que tendría ropa una vez al mes, una paga a la semana, pero al final nada de eso. Ni siquiera tengo manera de lavar la ropa. En los hostales haces lo que quieres, no hay normas, no hay nada, te pasas el día en la calle", lamenta Karim, que insiste una y otra vez en que no quiere estar en esta situación.

Desde el 13 de septiembre, este menor de tan solo 16 años, vive solo en un cuarto de un hostal situado cerca de la Puerta del Sol. La SER ha constatado tantos las condiciones de la habitación en la que vive como los dos lugares que le ha asignado la Asociación Trama para que acuda a desayunar y a comer. “El educador me enseñó el primer día los dos únicos sitios donde puedo ir a comer. Cada mañana voy a desayunar a un bar donde te dicen que no puedes superar la cantidad de 2 euros en lo que pidas y suelo desayunar café y tostadas. Para comer y cenar tengo que ir a un Kebap donde puedo gastar 11 euros entre la comida y la cena. Así llevo un mes, comiendo kebap todos los días. Sólo estos días me han dado por primera vez algo de dinero, una primera paga de 10 euros y ya está”, describe Karim, que no tiene que pagar nada ni a los camareros del bar ni a los trabajadores del Kebab, ni tampoco tiene que entregar ningún tipo de bono o vale por la consumición.

Restaurante de kebabs en el que el menor puede gastar 11 euros entre la comida y la cena

Restaurante de kebabs en el que el menor puede gastar 11 euros entre la comida y la cena / NICOLÁS CASTELLANO

Restaurante de kebabs en el que el menor puede gastar 11 euros entre la comida y la cena

Restaurante de kebabs en el que el menor puede gastar 11 euros entre la comida y la cena / NICOLÁS CASTELLANO

Además de la alimentación, el gran problema del que se queja Karim es de la falta de ayuda para el transporte. “Ya no me recargan el abono transporte y cuando le digo al educador que necesito recargar mi abono él me contesta que necesita un coche. Tengo que colarme en el metro para poder ir al curso o a cualquier otro sitio”, lamenta este menor marroquí que tiene que desplazarse hasta El Pozo para recibir las clases de un módulo de formación profesional en el que se había matriculado.

Queremos un cambio porque queremos volver a las normas y a los horarios, y estar libres los fines de semana. Entre semana tienes que tener tus talleres y buscarte la vida pero no vivir solo. Estamos todo el día en la calle hasta la noche. Si estás solo todo el día, sin más chavales, sin tu barrio, sin un piso o un centro, es que es muy cansado, llevo sólo un mes y estoy ya muy cansado de esta situación” se queja Karim, “no entiendo por qué a unos les mandan a pisos y centros de menores y a otros nos dejan solos en hostales por la Puerta del Sol o Gran Vía” lamenta.

Karim sostiene que en todo el mes ha recibido muy pocas visitas de los educadores de Trama, la entidad a la que la Comunidad de Madrid ha asignado este programa de seguimiento externo, “me dijeron que hay un educador de fin de semana pero sólo lo he visto un día y al otro, el que se ocupa más de mí, lo he visto unas 4 veces en un mes”, dice el menor.

No sabe hasta cuándo va a tener el hostal como hogar a pesar de haber reiterado al educador que quiere ser trasladado a un piso tutelado o a un centro de menores “ me dice que tengo que esperar hasta febrero o marzo del año que viene, pero hay otros chavales peores que yo, que están en la calle", lamenta. No obstante, en el carné que le han entregado como integrante de este programa de seguimiento externo, la validez del mismo está limitada al 1 de enero de 2017. Es la historia de Karim, el niño que cruzó El Estrecho pensando en una vida que ahora está momentáneamente congelada en un hostal del centro de Madrid.

 
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