La abstención permite la investidura pero no acaba con la incertidumbre para el PSOE ni para el nuevo tiempo político
Después de 309 días, una sonrisa del destino, un no al rey, dos investiduras fallidas, un secretario general y muchos tuits después, ahí está la meta
Madrid
Ahí se ve al fin. 309 días, una sonrisa del destino, un no al rey, dos investiduras fallidas, un secretario general y muchos tuits después, ahí está la meta. Se pudo oír este domingo el largo suspiro del PP, que tiene la abstención que necesitaba sin que le reclamen de momento nada a cambio. Suspiro en Bruselas. Y también en el PSOE. Pero ese no es de alivio, sino de preocupación.
En Ferraz se han abierto tres brechas: la interna, la que les separa del PSC y "el abismo" del que algunos dirigentes hablan con los militantes. Como si todo el año político, tan convulso y televisado, cupiera en un ay, en esas dos letras. Ay. Y ahora qué, ahora que estamos donde el PP y parte del PSOE querían estar. Ahora, ¿cómo y quién cose el PSOE? La gestora, por lo pronto, seguirá en funciones.
Acaba la interinidad y empieza la inestabilidad parlamentaria. Rajoy quiere aguantar cuatro años en un gobierno en minoría y sin socios. Empieza un tiempo inédito y muchos diputados anticipan que la legislatura será corta, casi de supervivencia. Ese suspiro que se oye, esa meta que vemos, ¿es la meta final? Le quedan cuatro días a este diario en funciones y, sin embargo, no sabemos si, cuando acabe, tendremos que ponerle 'fin' o 'continuará'.