El puente sin retorno de Barrackville

Barrackville, West Virginia

A punto de abandonar el pueblo por la única carretera que lo cruza, la escena parece sacada de Los Puentes de Madison. “Viene gente de los cincuenta Estados y de todo el mundo sólo para verlo”, recuerda Tom Hall, nacido aquí y descendiente directo de los vecinos que lo salvaron en la Guerra Civil: "El General Jones, sudista, lo quería quemar pero ellos lo usaban para cruzar al otro lado del arroyo, donde tenían un molino que les daba de comer. Le convencieron para no hacerlo a cambio de darle comida a él, sus tropas y sus caballos".

En febrero Barrackville también fue punto de atención por el informe del NYT que situaba a esta región como la que más apoyo daba a Donald Trump: “Somos un estado minero, y hemos salido muy perjudicados con la Administración actual. Históricamente Virginia era muy, muy demócrata, pero ha cambiado a republicana”

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Los vecinos de Tom, con los que hablamos, ya lejos del puente, en la única tienda de la localidad, le dan la razón. Donna nos dice que este país se ha fundado en la religión, que su prioridad es servir a Dios y que por eso hay cosa que tiene que valorar en los candidatos, como si son pro aborto. Amanda recuerda que se especula mucho con un posible fraude y que los medios dan a Hiilary como favorita, pero ella no les cree. Y Ned afirma que él cree en la Constitución y que si la Corte Suprema se vuelve liberal acabarán siendo “como los países de Europa”.

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La lista de razones que en un momento enumeran los vecinos coincide por completo con argumentos manejados en campaña por Donald Trump. “Ganará de calle en Virginia Occidental” concluye Tom. “En este Estado el carbón corre por las venas de sus habitantes. Antes trabajar en la mina te permitía ganar un sueldo que podía ser el doble que en cualquier otro empleo. Y no hacía falta ir a la universidad”. Y si eso se acaba, advierte, “Virginia Occidental nunca volverá a tener el estilo de vida que una vez tuvo”.