Sin Leo Messi, el Barça fue un equipo estéril, incapaz de superar la barrera defensiva del Málaga (0-0) y sobre todo del guardameta Carlos Kameni, y dejó escapar la posibilidad de situarse líder provisional del campeonato. Los de Luis Enrique echaron en falta a Messi, pero también a Luis Suárez, y pese a que tuvieron muy claro el manual para superar la defensa del Málaga, en la práctica los azulgrana no tuvieron desborde en el uno contra uno, ni siquiera en los minutos finales, cuando los locales, con un hombre más en el campo tras la expulsión de Llorente, tuvieron las mejores ocasiones de gol. A la baja conocida de Suárez, ausente por sanción, se sumó a última hora de Leo Messi. El argentino, con una indisposición acompañada de vómitos, se quedó fuera de la convocatoria, y Luis Enrique tuvo que improvisar una delantera con dos jugadores prácticamente sin minutos (Arda y Alcácer), acompañados por Neymar. El brasileño era el que tenía que aguantar el invento, pero Neymar tampoco estaba en la mejor condición física, con solo un entrenamiento en sus piernas y muchos kilómetros por los partidos internacionales de su selección. Empezó bien el Barça. Trabajó el partido y proyectó el juego por las bandas, con las incorporaciones de los carrileros, especialmente por la derecha con Sergi Roberto como principal argumento, frente a la defensa de cinco diseñada por Juande Ramos. Esa buena disposición se tradujo en cinco aproximaciones antes del primer cuarto de hora, la mejor un remate de Pique a la salida de un córner, respondido con una gran intervención de Kameni. Antes Paco Alcácer había sido protagonista en el inicio. Marcó un gol en fuera de juego y sirvió una buena asistencia a Neymar que el brasileño no aprovechó. El Málaga, con las líneas muy retrasadas, lo confió todo a las carreras de Sandro Ramírez. El exjugador del Barça fue el único que remató para su equipo en el primer tiempo. Con el paso de los minutos, el juego de los azulgrana se encalló. Más allá de las acciones a balón parado, el Barça no tenía ocasiones y solo Rafinha (min.31) y Busquets, al límite del descanso, inquietaron la meta de Kameni. El fútbol del Barça fue aún más plano durante muchos minutos en la segunda mitad. Frente a un rival parapetado cada vez más cerca de Kameni, los de Luis Enrique no tenían recursos para desequilibrar la defensa y tan solo alguna aproximación de Gerard Piqué ofrecía alguna sensación de peligro. Incluso en una contra, Juankar pudo adelantar a su equipo en el minuto 56. Luis Enrique buscó en el banquillo y encontró a Jordi Alba y a André Gomes, que entraron por Digne y Denis Suárez, pero el punto de inflexión se podía haber producido con la expulsión de Llorente en el minuto 69 en una acción con Neymar, pero no fue así. Algo cambió con el desborde ofrecido por André Gomes por la izquierda y su asociación con Neymar. Con quince minutos para el final, Piqué decidió jugar cada vez más cerca del área de Kameni y se convirtió en el segundo nueve. El dominio estéril se convirtió en asedio en los últimos diez minutos, en los que el gol rondó la portería del Málaga. Rakitic, que había entrado por Rafinha, remató junto al palo izquierdo (min.81), y en el 84 el árbitro anuló un gol por fuera de juego, una acción muy protestada por los locales, porque ni André Gomes ni Piqué parecían estar más adelantados que los defensas. En el 85, Piqué cayó en el área en una acción con Mikel y en el 93, un remate de Neymar, lo salvó Kameni en una gran acción. Aún tuvo el Barça una última acción, pero nuevamente el meta del Málaga reclamó su cuota de protagonismo y le dio un valioso punto a su equipo.