El rey y el comandante coincidieron en varias cumbres iberoamericanas y fueron labrando una relación, que iba más allá de la pura cortesía diplomática. En la política de gestos, el rey era más comedido mientras que Fidel Castro escenificaba el aprecio que sentía por el rey. Y de hecho, en la única visita que realizaron los reyes Juan Carlos y Sofía a La Habana, con motivo de la cumbre iberoamericana, que allí se celebró en 1999, el entonces presidente de Cuba se saltó incluso el protocolo y les acompañó al aeropuerto en su propio coche. Fidel Castro invitó en varias ocasiones al rey a visitar la isla, pero fue cuando vino a España en 1992, en un viaje en el que Fraga le acompañó por su tierra gallega, cuando cursó la invitación. Quería que coincidiera con el centenario de la independencia de Cuba de 1898 y el rey quería viajar allí. Era el único país latinoamericano que no había visitado oficialmente y donde residía una importante colonia española. Pero el entonces presidente del Gobierno, Jose María Aznar, no lo permitió y fue famosa la frase con la que respondió en la Cope cuando le preguntaron por el viaje: «Irá cuando toque». Y nunca tocó la visita de estado en sus 39 años de reinado. El rey Felipe, que estos días está de visita en Portugal, tampoco ha podido viajar nunca a Cuba, ni en público ni en privado, y es el único país de América, que nunca ha visitado . El Psoe respalda la asistencia del rey emérito a los funerales, como reconocimiento al pueblo cubano. Podemos entiende que la presencia es insuficiente y llega tarde, mientras que Ciudadanos ha cuestionado una presencia de tanto nivel para asistir al funeral de «un dictador» y han pedido al gobierno que explique la decisión.