El 'arte sinrazón' de Carmen Calvo llega a Madrid

Madrid

Estuvo en la primera edición de la feria ARCO en 1982, representó a España en la Bienal de Arte de Venecia en 1997 y fue el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2013. Es el currículum abreviado de Carmen Calvo (Valencia, 1950). Una trayectoria resumida en la Sala Alcalá 31 (Madrid), en una exposición donde todo procede de la sinrazón.

Esta es una retrospectiva de la obra de Calvo desde 1969 hasta la actualidad, a cargo de Alfonso de la Torre: “Hay un elemento necesario en la creación que es viajar por caminos que no están a ras de tierra: el sueño, la imaginación, el pensar desde el otro lado. De eso habla la creación de Carmen Calvo”. La exposición la componen un total de 79 obras traídas desde el otro lado entre las que se encuentran pinturas, esculturas, dibujos e instalaciones.

Casi 80 obras que proceden de diferentes colecciones, algunas de ellas expuestas en 1980 en el Guggenheim de Nueva York con motivo de la muestra New Images from Spain, donde Carmen Calvo ya mostraba el concepto de repetición y el uso de los objetos. Pero también obras que proceden del IVAM de Valencia o del Museo Reina Sofía.

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Todo procede de la sinrazón se estructura en cuatro capítulos: el primer capítulo, titulado Una arqueología de lo imaginario, está formado en su mayoría por lienzos con elementos de barro cocidos y esculturas de los años 80 que corresponden con su estancia en París; le sigue Ceremonia y objeto, capítulo correspondiente a los 90 y que gira en torno a su ceremonial relación con el objeto. Mientras que Canibalismo de las imágenes analiza sus trabajos más fotográficos; en el cuarto apartado, Las alucinaciones son innumerables, Calvo trabaja con el papel, el collage y el dibujo; y, por último, el quinto apartado muestra aquellos contenidos multimedia que recogen sus preferencias cinéfilas y musicales.

Esta es una pequeña muestra del universo Carmen Calvo. Un universo algo incómodo “porque no es una cuestión fácil de asimilar en un primer momento, pero plantea los grandes temas: la vida, la muerte el pasado, la infancia… Unos temas que nos afectan a todos, y hacen que todas puedan disfrutar y reflexionar con la exposición”, explica Alfonso de la Torre, comisario de la exposición.

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Casi medio siglo de arte que se manifiestas de muy diversas maneras. Alfonso de la Torre apunta a la pintura del cazador y a dos instalaciones de gran formato que fueron expuestas en la Bienal de Arte de Venecia, un cubo de cuatro metros de largo por cuatro de ancho lleno de objetos y un gran políptico de 21 piezas, como sus obras imprescindibles de la exposición. Asimismo, en la obra de Calvo destaca el juego con diferentes materiales (barro, cerámica…): “La paletas me gusta que sea extensa, quizá el espectador piense que son muy diferentes entre sí pero hay un hilo conductor y eso es lo que importa”, explica la artista.

Carmen Calvo se enfrenta de nuevo a obras que hacía décadas que no veía expuestas: “para uno mismo es una reflexión, pensar si se siguen manteniendo, si sigue habiendo un diálogo entre las obras”, relata la artista valenciana. Y, en efecto, lo hay, todas las obras comparten un hilo conductor: la protesta. “Me gusta protestar siempre, sobre todo cuando va en aras de defender nuestras libertades”.

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La valenciana, a sus 66 años, ha protestado en las principales ciudades de España, en París, en Berlín, en Nueva York... Protestar y hacer arte es todo uno para ella; algo inevitable: “Para mí el arte es una forma de vivir, aunque suene cursi. Yo no sé hacer otra cosa, me levantó, voy al estudio, leo y pienso en lo que voy a hacer ese día… Y ese día me pilla trabajando todos los días”, relata Calvo.

En esta exposición dicen que todo procede de la sinrazón, las razones se nos agolpan a los demás para ir a visitarla; estará hasta el próximo 29 de enero de 2017 en la Sala Alcalá 31 (Madrid).